No es raro verlo en la verdulería ni en la ferretería. Sin aires de estrella, el actor Rodrigo De la Serna se pasea en jeans, buzo y zapatillas. Algunos lo reconocen por el corte de pelo que caracteriza a “Lombardo”, su histriónico personaje en el unitario “El Puntero”. Hace seis años que está radicado en Ingeniero Maschwitz, adonde llegó buscando algo que dejó en su Córdoba natal.
“Me crié en un lugar pequeño y, de alguna manera, venir a este pueblo y dejar Buenos Aires tenía que ver con esa añoranza, con esos valores que, gracias a Dios, tuve de chico. Quería una vida más en comunidad e integrada a la realidad local”, explica a El Día de Escobar en un encuentro que tiene lugar entre las paredes del antiguo cine Gloria de Maschwitz.
Buscaba algo en qué involucrarse, intentó varias cosas, hasta que se topó con el Colectivo Cultural y encontró un motivo más para quedarse y para afirmar su decisión de vivir fuera de la gran ciudad.
“Hace un año y medio que estoy con ellos. Me convocaron, me contaron que se trataba de un proyecto para integrar a los distintos sectores de la sociedad de Maschwitz a través de la cultura y, como es algo que me interesa muchísimo, me puse a laburar. Enseguida tuve una gran afinidad con todo el grupo de chicos, me involucré y me hice un grupo de amigos muy lindo. Todo esto se coronó con la decisión de recuperar el espacio del cine, hace apenas cuatro meses”, destaca De la Serna, que cada vez que puede se acerca a colaborar con una causa en la que se lo ve comprometido.
Por estos días, su vida está más ajetreada que nunca. Empezó el año con el éxito cinematográfico de “Revolución, el cruce de los Andes”, donde interpretó al general San Martín y se convirtió en la tercera película argentina más vista del primer semestre de 2011. De miércoles a domingo viaja a Capital para hacer “Lluvia Constante” en el Paseo La Plaza, la obra de teatro que protagoniza junto a Joaquín Furriel. Y de martes a viernes, durante todo el día, graba “El puntero”.
“La verdad es que estoy en un momento impresionante. Tanto en cine y teatro como en TV se dio como una especie de boom”, analiza.
“Hacer Revolución fue un sueño. Puedo hablar horas de lo que significó interpretar al general San Martín, un personaje de tamañas dimensiones. Con todas las implicancias que tiene, un tipo con demasiados talentos conviviendo en una sola humanidad. Con una visión estratégica impresionante, política, filosófica, de una vanguardia que pocas veces hemos visto en la historia. Un alquimista de pueblos. Encarnar a este tipo, que tanto significa para todos, fue maravilloso”.
Según su visión, la película es una obra de arte en todo sentido y destaca el trabajo del director, Leandro Ipiña, quien logró la realización de un documento muy preciso de la primera mitad del siglo XIX, algo que pocas veces se vio en el cine. “La fotografía, el arte y el vestuario condensan perfectamente el espíritu y el universo del siglo XIX, más allá del retrato psicológico que le hace al prócer”, indica su intérprete.
Sobre las tablas
De miércoles a domingo, De la Serna coprotagoniza la obra de teatro “Lluvia constante”, junto a Joaquín Furriel: “Es un actor a quien yo admiro muchísimo. La gente lo reconoce por las telenovelas en las que ha trabajado, pero él viene teniendo una carrera en teatro que es impecable. Termina de hacer a “Segismundo”, el personaje de “La vida es sueño”, un clásico del teatro, en verso, de hace 300 años. Poder compartir el escenario con un profesional así es algo que pocas veces se da”.
En la obra, De la Serna encarna a Dani y Furriel a Rodo, dos policías que, además de trabajar juntos, son amigos y mantienen una relación en la que se manipulan el uno al otro. El director es Javier Daulte: “En este momento es el mejor director de teatro argentino, muy conocido en todo el mundo, con mucha humildad y mucho talento”, asegura.
Trabajador versátil
De la Serna es un actor ágil que fácilmente puede pasar de interpretar a José de San Martín a encarnar a José María Lombardo, su personaje en “El Puntero”. El unitario -producido por Pol-Ka- se emite en la pantalla del 13 los miércoles y domingos a las 23. Allí interpreta a un joven marginal de buen corazón que se encarga de hacer el trabajo sucio de “El Gitano” Aldo Perotti (Julio Chávez), en una organización política villera desde la que busca hacerse un futuro mejor.
“Hacer este personaje en televisión me está dando muchas satisfacciones. Es algo que pocas veces me pasó, sentir esta popularidad tan efervescente en la gente que me para en la calle y me lo dice. Agradezco porque siento que siempre fui muy querido por el público. Sin embargo, con este personaje pasó algo raro. Lo siento en los compañeros villeros que tengo en la filmación. Salgo a la calle y todos los sectores de la sociedad están alentando, salvo algunos grupos políticos fanatizados sin capacidad crítica”.
Por Florencia Alvarez
De la Serna en el antiguo cine Gloria de Maschwitz, que el Colectivo Cultural recuperó en marzo de este año.
No es raro verlo en la verdulería ni en la ferretería. Sin aires de estrella, el actor Rodrigo De la Serna se pasea en jeans, buzo y zapatillas. Algunos lo reconocen por el corte de pelo que caracteriza a Lombardo, su histriónico personaje en el unitario El Puntero. Hace seis años que está radicado en Ingeniero Maschwitz, adonde llegó buscando algo que dejó en su Córdoba natal.
“Me crié en un lugar pequeño y, de alguna manera, venir a este pueblo y dejar Buenos Aires tenía que ver con esa añoranza, con esos valores que, gracias a Dios, tuve de chico. Quería una vida más en comunidad e integrada a la realidad local”, explica a El Día de Escobar en un encuentro que tiene lugar entre las paredes del antiguo cine Gloria de Maschwitz.
Buscaba algo en qué involucrarse, intentó varias cosas, hasta que se topó con el Colectivo Cultural y encontró un motivo más para quedarse y para afirmar su decisión de vivir fuera de la gran ciudad.
“Hace un año y medio que estoy con ellos. Me convocaron, me contaron que se trataba de un proyecto para integrar a los distintos sectores de la sociedad de Maschwitz a través de la cultura y, como es algo que me interesa muchísimo, me puse a laburar. Enseguida tuve una gran afinidad con todo el grupo de chicos, me involucré y me hice un grupo de amigos muy lindo. Todo esto se coronó con la decisión de recuperar el espacio del cine, hace apenas cuatro meses”, destaca De la Serna, que cada vez que puede se acerca a colaborar con una causa en la que se lo ve comprometido.
Por estos días, su vida está más ajetreada que nunca. Empezó el año con el éxito cinematográfico de Revolución, el cruce de los Andes, donde interpretó al general San Martín y se convirtió en la tercera película argentina más vista del primer semestre de 2011. De miércoles a domingo viaja a Capital para hacer Lluvia Constante en el Paseo La Plaza, la obra de teatro que protagoniza junto a Joaquín Furriel. Y de martes a viernes, durante todo el día, graba El Puntero.
“La verdad es que estoy en un momento impresionante. Tanto en cine y teatro como en TV se dio como una especie de boom”, analiza.
En las mejores salas
“Hacer Revolución fue un sueño. Puedo hablar horas de lo que significó interpretar al general San Martín, un personaje de tamañas dimensiones. Con todas las implicancias que tiene, un tipo con demasiados talentos conviviendo en una sola humanidad. Con una visión estratégica impresionante, política, filosófica, de una vanguardia que pocas veces hemos visto en la historia. Un alquimista de pueblos. Encarnar a este tipo, que tanto significa para todos, fue maravilloso”.
Según su visión, la película es una obra de arte en todo sentido y destaca el trabajo del director, Leandro Ipiña, quien logró la realización de un documento muy preciso de la primera mitad del siglo XIX, algo que pocas veces se vio en el cine. “La fotografía, el arte y el vestuario condensan perfectamente el espíritu y el universo del siglo XIX, más allá del retrato psicológico que le hace al prócer”, indica su intérprete.
Sobre las tablas
De miércoles a domingo, De la Serna coprotagoniza la obra de teatro Lluvia constante, junto a Joaquín Furriel: “Es un actor a quien yo admiro muchísimo. La gente lo reconoce por las telenovelas en las que ha trabajado, pero él viene teniendo una carrera en teatro que es impecable. Termina de hacer a Segismundo, el personaje de La vida es sueño, un clásico del teatro, en verso, de hace 300 años. Poder compartir el escenario con un profesional así es algo que pocas veces se da”.
En la obra, De la Serna encarna a Dani y Furriel a Rodo, dos policías que, además de trabajar juntos, son amigos y mantienen una relación en la que se manipulan el uno al otro. El director es Javier Daulte: “En este momento es el mejor director de teatro argentino, muy conocido en todo el mundo, con mucha humildad y mucho talento”, asegura.
El personaje de la villa
De la Serna es un actor ágil que fácilmente puede pasar de interpretar a José de San Martín a ser José María Lombardo, su personaje en El Puntero. El unitario -producido por Pol-Ka- se emite en la pantalla del 13 los miércoles y domingos a las 23. Allí interpreta a un joven marginal de buen corazón que se encarga de hacer el trabajo sucio de “El Gitano” Aldo Perotti (Julio Chávez), en una organización política villera desde la que busca hacerse un futuro mejor.
“Hacer este personaje en televisión me está dando muchas satisfacciones. Es algo que pocas veces me pasó, sentir esta popularidad tan efervescente en la gente que me para en la calle y me lo dice. Agradezco porque siento que siempre fui muy querido por el público. Sin embargo, con este personaje pasó algo raro. Lo siento en los compañeros villeros que tengo en la filmación. Salgo a la calle y todos los sectores de la sociedad están alentando, salvo algunos grupos políticos fanatizados sin capacidad crítica”.
Por Florencia Alvarez