El local que supo ser emblema del “jet set” escobarense tuvo una transformación impensada por el Covid-19. "Después de esta malaria, muy poca gente va a venir a tomar un café", afirma uno de sus dueños.
El local que supo ser emblema del “jet set” escobarense tuvo una transformación impensada por el Covid-19. «Después de esta malaria, muy poca gente va a venir a tomar un café», afirma uno de sus dueños.
La llegada del coronavirus modificó repentinamente la vida de los argentinos y, entre otras consecuencias, llevó al sector comercial a una situación crítica. En Escobar, muchos negocios cerraron, otros están en la cuerda floja y algunos decidieron reconvertirse para seguir a flote, incluso incursionando en rubros poco afines a su actividad tradicional.
Un caso particular es el del polirrubro Del Polaco, sobre la avenida Tapia de Cruz al 700. Durante tres décadas en ese local funcionó la emblemática confitería y cafetería Jet Set, que supo tener sus años dorados y ser frecuentada por figuras de la farándula, el deporte, la política y el espectáculo.
En 2011, tras varios cambios de administración, Jet Set cerró y en su lugar abrió Del Polaco, con una propuesta enfocada en la comida rápida y la cafetería, con anexos de librería y kiosco.
Ante las restricciones por el Covid-19 y la caída en los ingresos, el espacio del salón y la vereda donde antes la gente se sentaba a comer o a o tomar algo y conversar ahora está ocupado por cajones de frutas y verduras. Una imagen impensada y sorpresiva, sobre todo para quienes aún conservan en su retina aquel Jet Set de otrora.
“Cuando empezó todo esto vi en el noticiero que había varios comercios que se habían transformado en verdulerías. Me pareció que era la única posibilidad de sostener el gasto que hay, así que le comenté la idea a mi socio y le dimos para adelante desde el 26 de mayo”, le cuenta David Babasz a El Día de Escobar.
Junto a su tío y socio -Alberto Babasz-, ya hace un tiempo habían decidido incorporar un anexo de panadería, donde venden facturas, sándwiches de miga y tortas, rubro que la familia también conoce al dedillo.
Además de la verdulería, próximamente piensan incorporar productos de granja. “La semana que viene, cuando esté la pollería, vamos a hacer propaganda con delivery de todo lo que tenemos. No nos podemos quejar. Por el momento que estamos pasando, gracias a la afluencia del público y el boca en boca, nos está yendo bien», señala Babasz.
Con la mente puesta más allá de la coyuntura y proyectando el futuro de su comercio, anuncia: «Cuando todo esto termine vamos a poner mesas afuera, vamos a completarlo y lo vamos a bautizar como Mercadito Del Polaco. Esto va para tres años de recuperación y, después de esta malaria, muy poca gente va a ir a tomar un café”.
Por Alejo Porjolovsky
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