La manifestación está organizada por HIJOS y será el próximo miércoles a las 18. Es para repudiar el beneficio del arresto domiciliario otorgado al ex policía, dos veces condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad.
A través de las redes sociales, organizaciones sociales y de derechos humanos están convocando a un escrache contra Luis Patti (64) en la entrada del country Septiembre, en Belén de Escobar, donde el dos veces intendente y ex policía se encuentra cumpliendo el arresto domiciliario por sus dos condenas a prisión perpetua.
«Históricamente hemos exigido cárcel común, efectiva y perpetua, y en estos tiempos políticos la Justicia nos da genocidas beneficiados en country», señala un comunicado de HIJOS seccional Escobar-Campana-Zárate, donde convocan a participar de la manifestación el próximo miércoles a partir de las 18.
Condenado a prisión perpetua en 2011 y 2016 por distintos crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura militar, el ex comisario se encuentra cumpliendo la prisión en el domicilio de su esposa, la escribana Elizabeth Ferraro Mansur, desde el pasado martes 26 de septiembre.
Cuatro días antes, el juez federal de Rosario, Otmar Paulucci, lo habilitó a retirarse del hospital penitenciario de Ezeiza atendiendo a su estado de salud para seguir la condena en Escobar. La medida fue inmediatamente apelada ante la Cámara de Casación Federal por el fiscal general Adolfo Villate, quien la consideró «nula y arbitraria”.
En su presentación, Villate sostuvo que la resolución «carece de fundamentación” y que se llegó a ella «en violación al debido proceso”, ya que la fiscalía «no pudo controlar el peritaje realizado por un médico de la Cámara de Apelaciones de Rosario”.
A la vez, el fiscal consideró que existen elementos para creer que Patti podría «simular” su deterioro de salud porque, entre otras razones, se niega a realizar la rehabilitación en el Hospital Penitenciario Central (HPC).
Mientras que la apelación aún está en trámite, HIJOS y decenas de organizaciones agrupaciones políticas, sociales y sindicales harán oír su voz de repudio frente a las puertas del country donde Patti cumple su condena.