A pesar de las restricciones impuestas por la pandemia y la llegada de la segunda ola de contagios, los jóvenes siguen organizando juntadas. Más de 600 personas fueron desalojadas entre el sábado y el domingo a la madrugada.
A contramano de todas las recomendaciones sanitarias y disposiciones oficiales por la pandemia de coronavirus, hay quienes no terminan de concientizarse y siguen participando de actividades prohibidas por el alto riesgo epidemiológico que implican. La historia no es nueva, pero en el marco de esta segunda ola de contagios adquiere una relevancia más seria aún.
Durante el último fin de semana, inspectores municipales y efectivos policiales clausuraron cinco fiestas clandestinas que se estaban llevando a cabo en cuatro localidades del partido de Escobar. En total, más de 600 personas que participaban de esos eventos fueron desalojadas, según se informó desde la Comuna.
Uno de los encuentros nocturnos se estaba realizando en Manantial y Los Tilos, en Loma Verde; otro en Saavedra al 1000, en Matheu; otro en Carlos del García y Las Madreselvas, en Maquinista Savio; y los dos restantes en Belén de Escobar: uno en Bomberos Voluntarios y avenida De los Inmigrantes y el otro en San Isidro al 2100.
De los procedimientos participaron personal de la Secretaría de Seguridad y Prevención Comunitaria, de la Agencia de Tránsito y Seguridad Vial, del Grupo de Apoyo Departamental y agentes de las distintas comisarías locales.
Estas fiestas clandestinas ocurren en el contexto de las nuevas restricciones horarias que empezaron a regir a partir del pasado miércoles y que limitan hasta las 2 de la madrugada el horario permitido para las actividades nocturnas (ver nota acá). Además, imponen un máximo de hasta 10 personas en reuniones “familiares, sociales y recreativas”.
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