La madre del joven lomaverdense, fallecido en 2017 en un accidente sobre la Panamericana, reveló un brusco giro en la causa judicial. “El fiscal me dijo que fueron ellos y que ahora tiene que probarlo”, aseguró, con sed de justicia.
La madre del joven lomaverdense, fallecido en 2017 en un accidente sobre la Panamericana, reveló un brusco giro en la causa judicial. “El fiscal me dijo que fueron ellos y que ahora tiene que probarlo”, aseguró, con sed de justicia.
La llegaron a tildar de “loca” y muchas cosas más por asegurar que a su hijo lo habían atropellado, que no se había caído solo de la moto. Pero a la madre de Jesús Dos Santos (20), el joven fallecido en el kilómetro 59 de la autopista Panamericana, en febrero de 2017, el tiempo pareciera darle la razón: nuevos indicios sugieren que el joven podría haber sido chocado por un vehículo en el que circulaban agentes de la Policía Bonaerense.
“La única lucha que se pierde es la que se abandona”, reza la vieja frase inmortalizada por Ernesto “Che” Guevara”. Y la familia Dos Santos puede dar fe de ello. Es que su incansable búsqueda de verdad, que incluyó dos cortes de ruta
y una marcha por el centro de Escobar para exigir justicia, empezó a dar frutos: a casi dos años del caso, el fiscal Gonzalo Ferreirós citó a declaración indagatoria a un efectivo policial sospechado de tener relación con la muerte del joven.“Trabaja en la Dirección de Drogas Ilícitas de Zárate-Campana y al momento del choque viajaba con dos agentes en un auto Volkswagen negro que presta servicio para esa dependencia. Hay una foto y todo”, confesó Verónica Rojas, tan liberada como preocupada, a El Día de Escobar, el medio que la madre de Jesús eligió para correr el velo de una causa judicial que estuvo estancada hasta que, asegura, “se corrió a la Bonaerense del medio”.
“Meses después de la muerte, una compañera de estudio me dijo que a mi hijo lo había matado la Policía Local. Entonces, denuncié a las autoridades del Municipio por complicidad, y el fiscal Ferreirós empezó a investigar con Gendarmería. A partir de ahí empezó a esclarecerse todo”, señaló. En ese marco, se logró el principal y mayor descubrimiento: a través del sistema de rastreo satelital ABL, la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N°5 de Escobar pudo determinar que el móvil policial apuntado “estuvo justo en el mismo lugar y en el mismo momento” del fatal accidente.
“Al coche lo encontraron en Monte Grande y no se podía manejar por las condiciones en que estaba. Además, tenía cambiado el paragolpes, roto un espejo y no sé cuántas cosas más. Lo tuvieron que traer en un -camión- planchón porque el gendarme no lo pudo manejar”, agregó.
Además, reveló algo que le dijo el fiscal Ferreirós y que la anima en su búsqueda de saber la verdad: “Estoy seguro de que fueron ellos, ahora tengo que probarlo».
«Por eso, yo creo que la justicia va a llegar”, expresó la mujer, visiblemente angustiada, pero convencida de que tanta lucha y perseverancia va a permitirle encontrar la “paz espiritual” que busca desde el jueves 23 de febrero de 2017, el día que «unos hijos de puta» le arrebataron al segundo de sus tres hijos.
“No me voy a quedar quieta hasta que ellos vayan a la cárcel. Yo no voy a dejar esto así. Esto tiene que cerrarse a favor de la familia, y ellos tienen que ir a recapacitar a la cárcel, a reorganizarse como seres humanos. Así no sirven. Mataron y dejaron tirado como un perro a un ser humano que le era útil a la sociedad, todo lo contrario a ellos”, concluyó.
Con la idea de reactivar la causa y mantener vivo el recuerdo de su hijo, la mujer encabezó este miércoles a la mañana una suelta de globos frente a la Fiscalía Descentralizada de Escobar, donde logró tomar contacto con el fiscal y se enteró del llamado a indagatoria de uno de los tres imputados por el “homicidio culposo” de su hijo. Una noticia que la acerca un poquito más a su pedido de justicia.
El accidente en el que falleció Jesús Dos Santos ocurrió el jueves 23 de febrero a las 11, cuando regresaba de una entrevista laboral en la planta de Toyota, en Zárate, con su motocicleta Honda Titán color rojo.
Esa mañana se había levantado de dormir “con todas las ganas y feliz por la posibilidad de trabajo que tenía”, recuerda su hermano mayor. Además, en la reunión con los representantes de la automotriz japonesa parece que le habría ido bien. “Él ya sabía que el martes empezaba a trabajar”, comentó su madre. Pero la felicidad de aquel día pronto devino en fatalidad.
A la altura del kilómetro 59 de la autopista Panamericana, casi en el límite entre las localidades de Belén de Escobar y Río Luján y a tan solo 400 metros del acceso para llegar a su casa, Jesús cayó de la moto y falleció. por motivos que inicialmente no estaban claros y que ahora estarían por salir a la luz.
Por Damián Fernández
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