Armenio no levanta cabeza: cayó 2 a 0 con Fénix y sumó su tercera derrota al hilo

Cabizbajos, desorientados, con caras largas. Así se retiraron los jugadores de Armenio del estadio Carlos Barraza, en Pilar. El buen primer tiempo no sirvió mucho para torcer el rumbo y el 0-2 contra Fénix, por la octava fecha de la B Metro, marcó la tercera derrota consecutiva para los de Ingeniero Maschwitz.

El partido comenzó muy flojo. Ninguno de los dos concretaban llegadas claras y solo remataban desde lejos, sin inquietar a los dos arqueros. La primera chance clara de gol llegó a los 20 minutos: un remate del delantero Marcos Riquelme que su tocayo Jara contuvo sin problemas.

A partir de ese momento, el equipo de Eduardo González reaccionó y fue más profundo. Lo tuvieron Sebastián López, con un tiro libre que hizo temblar el travesaño de Sebastián Hernández; y también Matías Rojas, quien volvió tras una serie de lesiones musculares, pero falló en el toque final de una gran jugada individual.

Esa buena imagen que Armenio dejó en los últimos minutos de la primera etapa pareció esfumarse en el complemento. Salió a jugar dormido -error recurrente en los últimos partidos- y lo pagó caro. A los 8’ el Cuervo de Pilar se puso en ventaja por intermedio del delantero Nicolás Martínez Vargas, tras una habilitación del ex tricolor “Cachete» Ruiz.

El gol fue un mazazo para los de Maschwitz. Frattini, pieza clave del once inicial, no gravitaba como en otros partidos y sus compañeros lo notaban. Para colmo, a los 14 minutos otra vez el ex All Boys conseguía vencer a Marcos Jara y desataba la euforia de los casi dos mil simpatizantes pilarenses.

González movió el banco buscando aunque sea el empate, pero era tarde. Armenio acumuló así su tercera derrota consecutiva (1-2 con Almagro y 0-1 con Chacarita) y el comienzo de la temporada está lejos de ser el imaginado. Ahora tendrá dos partidos seguidos de local (el próximo sábado a las 15.30 contra Temperley y el miércoles 18 ante Merlo, en el mismo horario) para mejorar su imagen, cambiar esas caras largas y reubicarse en la tabla de posiciones.

Por Alejo Porjolovsky