“Antes de que me lo maten mi hijo estaba piel y huesos, no le daban de comer”

Abel Rodríguez es el padre del nene de 2 años asesinado por el novio de su madre, cuyo cuerpo fue enterrado por el asesino en un terreno baldío y hallado tres meses después, el pasado viernes a la noche, a partir de la confesión de un hermano de la víctima. Consternado por la tragedia, el hombre encabezó una manifestación en la Fiscalía de Escobar y declaró en la causa.

“He visto a mi hijo golpeado meses atrás. Hice la denuncia en Niñez pero nadie me puso atención. Iba a la casa a verlo, pero me lo negaban”, afirmó el padre de Gastón Uriel Rodríguez, quien se acercó hasta la sede del Ministerio Público este jueves a la mañana acompañado de un grupo de vecinos.

Respecto a la denuncia, señaló que dos veces la hizo por teléfono y una vez personalmente. Sin embargo, no pudo presentar pruebas. “Me decían que iban a tomar cartas en el asunto pero no hicieron nada”, expresó.

“Cuando iba a verlo Gastón siempre estaba durmiendo o no estaba. Y en realidad era que ya estaba muerto”, manifestó el hombre, sumando más detalles al escabroso crimen (ver nota acá).

Mientras estuvieron juntos, Abel Rodríguez y Tatiana Pascarelli tuvieron dos hijos. Gastón y una nena. Ambos vivieron con él hasta marzo. Después la madre se los llevó y no se los dejó ver más, contó.

“Al nene no le daban de comer, antes de que me lo maten estaba piel y huesos. Mi hija tiene problemas de celiaquía. Cuando la saqué de la casa estaba hecha una piltrafa”, agregó en declaraciones a El Diario de Escobar.

Para retirar a la nena de la casa tuvo que mandar a otra persona, porque a él no se la daban. “Mi nena se puso a llorar en el auto y me contó cómo lo mataban a patadas a mi hijo”, afirmó.

El hombre también cuestionó a la madre de la víctima, a la que considera cómplice del accionar del asesino, Héctor Esteban Montero . “Ella dice que él la tenía amenazada. Entonces, ¿por qué no me trajo los chicos a mí?”, concluyó.

Rodríguez y una vecina fueron recibidos por el fiscal Gonzalo Ferreiros, quien lleva adelante la investigación del crimen que conmocionó a la localidad de Matheu y a la opinión pública en general.

Como ya es de público conocimiento, el caso se conoció el pasado fin de semana a partir de la confesión de un hermanito del menor, de 14 años, quien le contó el hecho a una comerciante matheuense. Su testimonio sobre los maltratos que recibían en la casa fue tremendamente desgarrador (ver nota acá). Enseguida, la mujer alertó a las autoridades policiales, que ese mismo día hallaron el cuerpo enterrado en un baldío de la calle Colón, lindero al anterior domicilio de la familia.