SR. DIRECTOR:
El lunes 3 de noviembre, a las 10:30 de la mañana, volviendo de Buenos Aires a Santa Fe, y viajando a baja velocidad por el tránsito y la lluvia, una «pileta» de agua nos sacó el auto de la ruta a la altura del kilómetro 42.
Por este medio quisiera agradecer a toda la gente maravillosa que nos ayudó en esos momentos terribles: los primeros que pararon y nos alentaron, los bomberos, los paramédicos, los médicos y enfermeras del hospital de Escobar y la policía de Garín.
Lamentablemente desconozco sus nombres, salvo el del Dr. Mariano, que me atendió en la guardia, y los oficiales Castillo y Pampin. Desconozco el apellido del comisario.
Todos y cada uno de ellos y ellas hicieron lo mejor por nosotros, sin esperar nada a cambio, con una calidez y amabilidad dignas de destacar.
Gente como ellos renuevan la fe en el género humano, aún en estos convulsionados tiempos.
Nuevamente, muchísimas gracias a todos. Permanecerán por siempre en nuestro recuerdo y nuestro corazón.
Ana Lía Passarotto (Santa Fe)