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Furor. La aplicación llegó este miércoles al país y ya tiene miles de adeptos.
El distrito no quedó al margen del popular juego de realidad aumentada. Sitios emblemáticos ya fueron invadidos por los peculiares personajes de la serie animada.
Uno va caminando por Tapia de Cruz y se encuentra con un Charmander, va a pasear por Maschwitz y ve un Bulbasaur, o queda estupefacto al cruzarse con un Pikachu en el boulevard de Garín. No, no se trata de un festejo de carnaval ni de un delirio: es el fenómeno Pokémon Go, que también llegó al partido de Escobar.
A dos días de su arribo al país, este juego de realidad aumentada, al que se puede acceder desde casi todos los smartphones, es un furor. Su estreno fue hace casi un mes -el 7 de julio- en Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos y no tardó en ganar popularidad en todo el planeta. Las imágenes de hordas de personas recorriendo el mítico Central Park de Nueva York celular en mano, por ejemplo, son algunas de las postales que recorrieron el mundo.
En Escobar aún no se ve a una muchedumbre buscando personajes por la calle, aunque la aplicación de Nintendo ya es una realidad y uno se los puede encontrar tranquilamente. La serie, que tuvo su auge a comienzos de la década pasada, volvió a resurgir gracias al juego.
“No estoy nada avergonzada, a mí me gusta Pokémon Go. Yo lo empecé a jugar en Capital y acá lo probé hace un rato. Pienso ir a buscarlos con un amigo por el centro”, afirma Agostina, vecina de Matheu que se sumó al fenómeno.
El juego en sí está basado en los datos de Google Maps. Cada participante debe moverse con el GPS de su celular encendido para poder ubicarse dentro del mapa y así buscar las Pokeparadas: lugares emblemáticos donde se obtienen elementos fundamentales para progresar en el juego. La cocatedral Natividad del Señor y el monumento a los Policías Caídos, entre otros, son algunos de estos puntos en la ciudad.
Además, en el centro hay algunos “gimnasios” donde los usuarios pueden enfrentarse para capturar los pokemones de su rival: el reloj de la entrada y el busto de Eva Perón en la plaza, por ejemplo.
“Me bajé el juego para ver cómo era. Está bueno, pero para un rato y seguro que en una semana ya no lo juega nadie”, opina Paula, otra vecina que utiliza la aplicación por las calles de la zona.
Puede que haya decenas o cientos de personajes de Pokémon Go sueltos por Escobar, nadie puede saberlo exactamente. Los juegos de realidad aumentada parecieran haber tomado la posta ante los “clásicos” videojuegos. Habrá que ver si esto continúa o es solo una moda pasajera y los Pikachus y Squartles abandonan la ciudad sin pena ni gloria.
Por Alejo Porjolovsky
