Preocupa en Loma Verde la sorprendente y problemática proliferación de ardillas

El aumento desmedido de este roedor exótico está generando serios inconvenientes. Además de lastimar árboles y alterar la biodiversidad, rompen cables del tendido eléctrico y de fibra óptica. Escobar es uno de los distritos más afectados.

lunes 05 febrero, 2024

Su aumento desmedido está generando serios inconvenientes. Además de lastimar árboles y alterar la biodiversidad, rompen cables del tendido eléctrico y de fibra óptica. Escobar es uno de los distritos más afectados.

Al principio resultaba novedoso descubrir ardillas en la arboleda de Loma Verde, o verlas haciendo equilibrio con su llamativa cola entre las ramas. Sin embargo, el aumento de la población de estos roedores exóticos, especialmente en los últimos cinco años, no es una buena señal.

Más allá de lo vistosas que puedan ser, su presencia genera serios inconvenientes, tanto en el ecosistema de la localidad como en su infraestructura y en la convivencia con las personas.

La proliferación de estos animales y su llegada al partido de Escobar es producto de una situación preocupante, originada hace 50 años: la ardilla de vientre rojo fue introducida en Argentina en 1970, en la localidad de Jáuregui (partido de Luján, Buenos Aires).

Inicialmente fueron 10 ejemplares mantenidos en cautiverio en una estancia de Flandria. Pero algunas escaparon o fueron liberadas, dando origen a una población silvestre.

Traídas de Bélgica y originarias del sudeste asiático, se reprodujeron rápidamente y conformaron una población de 100.000 ejemplares. Aunque el foco principal está en Luján, es un problema en once municipios de tres provincias. En Buenos Aires, afecta a Escobar, San Miguel, 25 de Mayo, Capitán Sarmiento, Salto, Arrecifes y Daireaux.

A raíz de su propagación, según datos publicados por el Ministerio de Medio Ambiente, se han denunciado daños de variada severidad: descortazamiento de árboles en plantaciones forestales, frutales y ornamentales; consumo de flores, frutos y semillas  (pérdida de cosecha, alteración de reproducción); rotura de plástico de sistemas de riego y de cableado (luz, teléfono, TV, vehículos, bombas de riego), rotura de techos en edificios y otros bienes materiales.

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Además, son portadoras de la bacteria que causa la leptospirosis, una enfermedad infecciosa que puede causar daños en el riñón y el hígado, o incluso la muerte, de no recibir un tratamiento adecuado.

Daños. Un caso reciente en Loma Verde: un tramo de fibra óptica cortado por la mordida de la ardilla.

Pintorescas pero problemáticas

En Loma Verde, la presencia cada vez más numerosa de ardillas ha generado decenas de roturas en el cableado aéreo, afectando principalmente al servicio de Internet, que es brindado por la Cooperativa Escobar Norte, al igual que la electricidad.

El crecimiento de la especie en el lado oeste de la Panamericana es exponencial. Aparentemente, por el momento no han podido cruzar la autopista.

“Roen todo lo que pueden. Hay casos de vecinos a los que le comieron hasta los caños del agua. A la red eléctrica la vienen dañando hace un año; y con la red de fibra el problema es mucho peor… porque con un solo pelo de la fibra dañado ya se corta la conectividad», explica a El Día de Escobar el presidente de la Cooperativa, Raúl Lo Nigro.

«En el caso de la electricidad, nos han hecho saltar más de una vez los fusibles de los transformadores, porque se electrocutan y causan estos problemas. Incluso han llegado a hacer agujeros y meterse en tanques de agua, donde mueren ahogadas”, agrega.

Electrocutada. Una ardilla entre los fusibles de un transformador de la red eléctrica de la Cooperativa.

En la última semana hubo dos nuevos casos: sobre la calle Timbó cortaron un tramo de fibra óptica y cerca del Club Privado Loma Verde pasó lo mismo con el cableado eléctrico. En el lugar del corte, la cuadrilla también encontró a una ardilla electrocutada.

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Si bien la Cooperativa realiza tareas de poda correctiva, erradicar el problema también depende de la poda en las propiedades donde haya árboles que les puedan servir a las ardillas como conducto para llegar a los cables. Asimismo, considerando que la propagación resulta cada vez más incontrolable, resultaría oportuna alguna intervención por parte de Zoonosis.

La principal vía de expansión de estas ardillas es el hombre, ya que son trasladadas a otros sitios por personas que las consideran vistosas, creando nuevos focos de invasión y acelerando su reproducción. El traslado y la liberación de esta especie es ilegal y, por lo tanto, se los considera delito.

Sin un depredador natural y con gran capacidad de adaptarse a distintos ambientes, el aumento desmedido de las ardillas provoca dos tipos de daños: el más evidente es el económico, por los destrozos. El otro, con consecuencias impredecibles, es la pérdida de biodiversidad.