Durante el discurso del presidente del Concejo Deliberante, Carina Chmit protagonizó una situación que muchos pasaron por alto pero con la que se diferenció de todos sus pares, incluso los del bloque de Cambiemos.
Tal vez muy pocos se dieron cuenta, porque casi todas las miradas estaban puestas en el estrado, donde se encontraba el intendente Ariel Sujarchuk. Pero en la apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, este jueves a la noche, se dio una situación un tanto particular que tuvo como protagonista a la concejal Carina Chmit, de Cambiemos.
En el cierre de su alocución, el presidente del Legislativo, Pablo Ramos, hizo una referencia a las víctimas del terrorismo de Estado en Argentina. «Vaya mi reconocimiento, que sin dudas es el de todos ustedes, a los detenidos desaparecidos durante la última dictadura militar que asoló nuestra Patria», expresó el dirigente de La Cámpora, cosechando un sonoro aplauso del público y de todos sus pares. De todos menos de Chmit, que se mantuvo inconmovible.
Ramos también aludió a «los combatientes de la guerra de Malvinas y a las mujeres, que luchan diariamente por sus derechos y por la igualdad de género». Recién tras esta última frase la legisladora se acopló al aplauso generalizado.
La situación no pasó inadvertida para quienes seguían la ceremonia desde Facebook Live, porque justo en ese momento la transmisión oficial tomó el plano de los concejales, donde la maschwitzense quedó expuesta al diferenciarse del resto.
Consultada por El Día de Escobar, Chmit explicó que no aplaudió antes «para no interrumpir» el discurso de Ramos, aunque reconoció su discrepancia con las palabras del referente kirchnerista. «No me parece que este tema se ponga todo el tiempo como bandera y se lo use políticamente», expresó.
Adscripta a la teoría de los dos demonios, la ex funcionaria del pattismo -inició su carrera política en 2003 como consejera escolar del Paufe- consideró que lo que ocurrió a partir del 24 de marzo de 1976 «fue una guerra en la que murió gente de ambos lados», sin hacer distinciones.
La mirada de Chmit sobre lo sucedido durante el denominado Proceso de Reorganización Nacional se comprende teniendo en cuenta sus raíces filocastrenses, ya que tanto su madre como ella fueron empleadas civiles de las Fuerzas Armadas. Su trabajo era bordar a mano los uniformes de hombres del Ejército y de la Marina. De hecho, hoy también su hija se dedica a estos menesteres.
«Del lado de los militares también hubo muertos y desaparecidos, es algo que a mí me toca, por eso no me gusta que lo usen. Pero les tengo respeto a los desaparecidos, tanto a los de un lado como a los de otro», concluyó.