La denuncia involucra a oficiales de alto rango que se desempeñan en el distrito y están sospechados de connivencia con vendedores de droga. La causa está en manos del fiscal Ferreirós y se esperan novedades inminentes.
Las sospechas de complicidad policial con los vendedores de droga no son nuevas. Ni en el partido de Escobar ni en ninguna otra parte del mundo. Sin embargo, pese a que siempre existieron -fundadas o no-, muy pocas veces se lograron confirmar por la única vía válida: la Justicia. En esa instancia, precisamente, y bastante avanzada, se encuentra una denuncia que vincula a oficiales de alto rango de la Bonaerense con bandas narco que operan en el distrito.
El caso está tramitándose en la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFI) Nº2 de Zárate-Campana, a cargo del fiscal Matías Ferreirós. Por su envergadura, el expediente se encuentra bajo un estricto secreto de sumario. No obstante, El Día de Escobar pudo saber que desde diciembre se están llevando a cabo tareas de inteligencia y otras diligencias judiciales para verificar una presunta conexión entre funcionarios policiales y una organización dedicada a la comercialización de estupefacientes en el partido de Escobar.
“Hay tres investigaciones simultáneas en el mismo sentido, con causas que se abrieron a partir de denuncias de vecinos que nos acercó el Municipio”, explicó a este medio una fuente del Ministerio Público. Así, los llamados a las líneas para denuncias anónimas de la Secretaría de Seguridad (0810-888-3764 y 0810-555-3473) se convirtieron en la punta de un ovillo que podría llegar a desnudar una trama ilegal de lo más oscura.
Si se determina que las denuncias son ciertas, varios hombres de la Policía Bonaerense verían concluidas sus carreras de manera repentina y escandalosa, con la deshonra de ser exonerados y encarcelados. Pero también significaría un fuerte golpe para quienes hacen negocios con un flagelo que parece no tener freno, control ni límites.
La gravedad del tema y la aparente seriedad de las denuncias es tal que también trascendió que el propio intendente Ariel Sujarchuk y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, siguen de cerca cada paso de la investigación y están a la espera de la resolución.
Por esto y mucho más, el fiscal Ferreirós tiene en sus manos una papa caliente, un caso que podría llegar a explotar a nivel nacional y a sentar un fuerte precedente en la provincia de Buenos Aires.
Las fuentes consultadas estimaron que en los próximos días deberían darse novedades de importancia y no descartaron que ellas puedan incluir el arresto de los policías sospechados.