“Es muy difícil cicatrizar la herida”, el triste testimonio del tío de Martín Scaldafferro

A tres meses del crimen que conmocionó a Escobar, Adrián Leonardi explica que suspendieron las marchas porque “la gente ya dio vuelta la página”. Además, la impotencia de que el caso siga impune y sus sospechas sobre la Policía.

lunes 05 febrero, 2024

Sin consuelo. Adrián y su prima Carla, en una de las marchas por el asesinato (Foto: Lucrecia Montaldo).

A tres meses del crimen que sacudió a Escobar, Adrián Leonardi explica que suspendieron las marchas porque “la gente ya dio vuelta la página”. Además, la impotencia de que el caso siga impune y sus sospechas sobre la Policía.

Nada fuera de lo común. Pasó el boom del caso y la noticia ya duerme en el archivo, como tantas más. Y también en la conciencia de la sociedad, que en un abrir y cerrar de ojos pasó de movilizarse multitudinariamente en las calles a la más absoluta indiferencia. Pero hoy, al cumplirse tres meses del brutal crimen de Martín Scaldafferro (16), la herida sigue igual de abierta para una familia que continúa haciendo preguntas a las que nadie les da respuestas.

Con el dolor aún a flor de piel, Adrián Leonardi acepta hablar con El Día de Escobar sobre su sobrino, en una entrevista que es un poco de todo: un homenaje, un ejercicio de catarsis y un intento de que el caso no caiga en el olvido colectivo. Además, explica por qué la familia decidió discontinuar las marchas de los segundos viernes de cada mes.

“Tengo la sensación de que estamos solos. Y no solo nosotros, sino la sociedad entera. Nadie nos da una mano, ni la Política ni la Justicia. Esa es la sensación y el vacío que uno siente. Fue la gente la que nos dio fuerza cuando fueron las movilizaciones y la que nos mantuvo con ganas de hacer cosas, como la colecta para el hospital. Pero por el lado del Estado, nos sentimos absolutamente desamparados”, afirma.

A tres meses de la trágica entradera que acabó con la vida de su sobrino, Leonardi explica que el dolor muta en sus formas pero sigue presente cada día: “Es muy difícil cicatrizar la herida. El paso del tiempo lo que hace es que, quizás, uno tenga menos tiempo para pensar por el ritmo de trabajo normal y nos aleje un poquito de la pena. Pero cuando salgo del trabajo y me voy en el colectivo a la noche, todo eso viene de vuelta a la cabeza y no hay forma de evitarlo”.

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Junto a su prima Carla -muy conocida por sus años de directora del Centro de Día “Dr. René Favaloro”-, el comerciante de la calle Rivadavia encarnó el rol de vocero familiar ante los medios durante las multitudinarias marchas del silencio que se realizaron en el centro de Escobar. Inicialmente se había planteado la consigna de que estas movilizaciones se hicieran los segundos viernes de cada mes, pero tan solo ocurrió en septiembre, al cumplirse un mes del asesinato de Martín.

Reacción popular. La gente se volcó masivamente a la calle a pedir justicia, pero el efecto se diluyó al mes.

La explicación es una sola, simple y franca: “La última marcha no fue tan masiva como las anteriores. Y así como fue un golpe poderoso ver a tanta gente marchando, también fue duro ver que ya habían dado vuelta la página del caso. Entonces fue una decisión tácita, no es que nos juntamos para decir que no la hacíamos más”.

Leonardi aborda el tema y profundiza: “Estuve muy bajoneado después de esa marcha, porque la merma entre la primera, que se organizó en dos días, y esa, fue abismal. Ahí nos dimos cuenta que ya había pasado para la sociedad. Y estoy seguro de que es lo que estaban esperando en el Municipio, porque para ellos era tremendo”, completa, en alusión al costo político que implicaría para la actual gestión el asesinato de su sobrino en un hecho de inseguridad.

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Un detenido y el asesino prófugo

En cuanto a la investigación judicial, que es llevada adelante por la UFI N°6 de Zárate-Campana, a cargo del fiscal Martín Zocca, la última información relevante surgió el lunes 26 de septiembre. Ese día se produjo la captura del presunto homicida en la localidad de Castelar: Juan Emilio Bouchard, alías “Mingo” y oriundo de José C. Paz. Pero horas después se supo que el detenido no sería quien apuñaló al adolescente e hirió a su padre, Gerardo Scaldafferro, sino uno de los tres cómplices del asesino, que aún continúa prófugo, a pesar de que la Policía conocería su identidad.

“Los padres de Martín no quieren hablar sobre el tema y yo respeto esa decisión. Sé lo mismo que sabe cualquier vecino por los medios, pero para mí acá hay encubrimiento de la Policía”, sospecha Leonardi, el único de los familiares del joven ultimado a sangre fría en la tarde del viernes 12 de agosto que aceptó responder, a título personal, las consultas de este medio.

“Martín era como un hijo para mí”

Cuando recuerda a su sobrino, a Adrián le brillan los ojos y sus palabras se cargan de afecto: “Martín era increíble. No conocí a nadie que haya tenido sus ganas de vivir, nunca conocí una persona así. Teníamos una afinidad bárbara y para mí fue un golpe tremendo, era casi un hijo para mí”, expresa.

“Esperemos que alguna vez el país cambie y se empiece a hacer justicia por él y por todas la víctimas de la inseguridad”, concluye su tío, a tres meses del crimen que todos conocen, pero del que ya casi nadie habla, porque, como dicta la historia, todo sigue igual.

Padre e hijo. Gerardo y Martín Scaldafferro, los dos fueron atacados por los delincuentes en la entradera.