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Ante un público que atestó el reducto de la calle Colón, la banda de Ciudad Oculta presentó las canciones de su último disco. Y tocó el clásico Anabel con “Tete” Iglesias, de La Renga, como músico invitado.
Haciendo honor al inmortal zorzal criollo, Los Gardelitos suenan cada vez mejor. Y este sábado a la noche quedó nuevamente demostrado en un microestadio de Sportivo Escobar atestado por más de mil quinientos seguidores de la banda de Ciudad Oculta, que desplegó un show implacable.
En su segunda presentación en el reducto de la calle Colón -había estado en 2012-, el trío liderado por Eli Suárez desenfundó un repertorio que empezó a pura potencia con Lo que vendrá, Gardeliando, No puedo parar mi moto y Viejo y querido rock and roll, con el público eufórico, cantando de punta a punta las letras y blandiendo las banderas frente al escenario.
La intensidad fue bajando con un set más sereno, donde predominaron canciones de Ciudad Oculta (2014) -su último disco- y sonaron Los Querandíes, Tibias noticias, Volar, Puño y letra, Calles calientes, Buen día nena, entre otras.
Con la banda siguiendo el agite del público de «copar todas las villas argentinas de la mano de Korneta y su familia», bordeando la medianoche llegó la hora de los bises, que incluyeron la sorpresa del bajista de La Renga, Gabriel «Tete» Iglesias, como músico invitado en Anabel, y Mezcla rara bien a los palos para redondear una performance de 90 minutos sin fisuras, acorde a los veinte años de vida de Los Gardelitos.
Una verdadera fiesta del rock en Escobar, que comenzó a vivirse a partir de las 21 con los locales de La Stone Rocker como teloneros.
