Misión imposible: ingresar a Garín por “El Curvón” se volvió una verdadera odisea

Invisible. En algunos tramos de la calle el asfalto está tan deteriorado que es casi imperceptible.

Ni las calles de Kosovo y Bagdad juntas deben estar, a esta altura, tan destruidas como la Santiago del Estero de Garín. Es que aunque esta comparación pueda resultar exagerada, ingresar a la ciudad por el puente de “El Curvón” se volvió un verdadero desafío para los cientos de automovilistas que diariamente utilizan esa arteria, quienes deben hacer malabares para esquivar pozos y llegar a sus casas sin dejar el tren delantero en el camino.

A tan solo metros de la ruta Panamericana, el panorama es desolador por donde se lo mire: enormes baches, desniveles y rajaduras de proporciones sísmicas se adueñaron del viejo y abandonado pavimento, ese que hasta hace pocos años supo ser el segundo acceso más importante de la localidad -lo utilizaba la línea 228- y que hoy en algunos tramos prácticamente desapareció para dar lugar al ripio y a la tierra.

“Es un desastre. Tenés que andar despacio porque si no rompés todo el auto. Cuando estoy apurado, prefiero hacer quince cuadras más y salir por el puente de la Belgrano. Mucha gente ya dejó de usar esta calle”, señala Ramón (44), un vecino del barrio Villa Angélica.

“Un día de estos va a haber un accidente grave, porque para esquivar los pozos más grandes las personas doblan y quedan en contramano”, acota Patricia, que vive en La Matilde. Es que para no dañar la suspensión y los amortiguadores de sus vehículos, los conductores realizan maniobras que terminan poniendo en riesgo su vida y la de todos los que pasan por allí.

Peligroso. En algunos casos los enormes baches fueron tapados con ladrillo picado, pero tampoco sirvió.

Como si esto fuera poco, la suciedad de la calle, las fábricas aledañas abandonadas, el paredón de 200 metros de largo que levantó la empresa de logística Montalvan en lo que era un baldío y el también penoso estado de las arterias transversales terminan de moldear el sombrío cuadro de situación general.

Pese a todos estos problemas, la Santiago del Estero, que va desde la Colectora Oeste hasta cerca de las vías del ferrocarril Mitre -cambia de nombre a España cinco cuadras antes-, sigue siendo una calle tan vital para muchos garinenses como para las empresas de la zona por su salida directa a la autopista.

En ese sentido, los testigos no dudaron en responsabilizar a estas firmas por el deterioro de las dos primeras cuadras, por lejos, las más devastadas.

“Esto es tierra de nadie. Los camiones de la hormigonera Encamix y de Montalvan pasan por acá todo el tiempo y fueron los que la terminaron de romper, pero nadie les dice nada. ¿Por qué el Municipio no los multa y les pide que la arreglen? Si total la van a seguir usando. Plata no creo que les falte”, planteó muy enojada Ana, otra vecina de la zona.

Por lo pronto, la Secretaría de Planificación e Infraestructura comunal ya puso en marcha un plan de repavimentación y bacheo con hormigón en todo el distrito. Pero para Garín, al menos la primera etapa, solo contempla a la avenida Belgrano. Mientras tanto, transitar por la calle Santiago del Estero seguirá siendo una verdadera odisea.

Desolador. El estado general de la calle Santiago, repleta de pozos, no podría presentarse más sombrío.

Por Damián Fernández