La reiteración de robos y los asentamientos “de alta peligrosidad” que se radicaron a su alrededor fueron las razones planteadas por la empresa. Ahora, trasladará su producción a una empresa del parque industrial Oks.
La fabricante de pinturas Colorín, propiedad del grupo francés Lafarge Peintures, decidió mover su planta de Bernal al parque industrial de Garín debido a cuestiones de inseguridad que impulsaron su salida de la localidad del partido de Quilmes.
La empresa, que en marzo de 2011 instaló un establecimiento a la altura del kilómetro 40 de la Panamericana, trasladará su producción al edificio de TEDE S.R.L, una compañía dedicada a la fabricación de diluyentes para pintura, tintas y adhesivos, a la que tercerizará las tareas que hasta el momento se llevaban a cabo en su planta del Conurbano bonaerense.
La corporación envió este viernes una nota a la Bolsa de Comercio en la que argumentaba su decisión por “la reiteración de intrusiones y hurtos y la proliferación de asentamientos que rodea la planta en condiciones de altísima inseguridad para empleados y terceros”.
“Se consideró la posibilidad de tercerizar la producción para evitar estos hechos, sin alterar la provisión de productos y manteniendo la razonabilidad de los costos”, agregaron en el comunicado.
La compañía española Materis Paints, del mencionado grupo Lafarge Peintures, es la que controla Colorín desde su compra, en 2006. Además de la planta en Garín, la empresa cuenta con otra en San Luis, un centro de distribución en Munro y ahora cerró un contrato para tercerizar la elaboración de pinturas, esmaltes, enduidos, pasta de pulidos, ceras y diluyentes de Bernal con TEDE.
“Posee probada experiencia en la fabricación para terceros, con idénticos estándares de calidad y seguridad, en términos razonables en cuanto a precios, condiciones comerciales, calidad de producto y con la ventaja adicional de encontrarse próxima al centro distribuidor de Garín de nuestra empresa”, señalaron desde la fabricante de pinturas.
Según los especialistas, el traslado de la producción le evitará problemas comerciales a Colorín y reducirá su nivel de facturación, que actualmente asciende a $ 422 millones, a la vez que acercará sus producciones a la zona norte de la provincia.