Según la investigación, el hombre, de 45 años, trabaja como jardinero en countries de Escobar y sedujo a la menor a través de Facebook. La fiscalía cree que estuvo cautiva en una pensión donde el imputado la encerraba bajo llave.
Un jardinero de 45 años permanece prófugo de la justicia que lo acusa de «abuso sexual, corrupción de menores y privación ilegal de la libertad» de Ludmila Di Venuta, la adolescente de 15 años que apareció este miércoles en la localidad bonaerense de Tortuguitas tras estar desaparecida por una semana, informaron fuentes judiciales.
De acuerdo a la investigación encabezada por el fiscal general adjunto de San Isidro, Marcelo Vaiani, el hombre que trabaja como jardinero en countries de Escobar, sedujo a la joven a través de Facebook y entabló con ella una relación hace 5 meses.
El sospechoso, de nacionalidad peruana, usaba la identidad falsa de «Rodo» en las redes sociales, donde decía que tenía 25 años y usaba los contactos de su hija para chatear con sus potenciales víctimas.
Según las fuentes, el jardinero le hizo llegar regalos a Ludmila para seducirla, entre ellos un celular, y la pasaba a buscar por el colegio para pasearla en su auto Renault Fluence negro.
La fiscalía, que analizó los cruces y el análisis de las comunicaciones de los celulares de la chica y del sospechoso, cree que la menor estuvo cautiva en una pensión de Garín donde el imputado la dejaba encerrada bajo llave y le decía que no salga.
El jardinero, acusado de «abuso sexual, corrupción de menores y privación ilegal de la libertad», vivía a 15 cuadras de lo de Ludmila, en una casa con su mujer, su hija de 14 años y una cuñada.
Según las fuentes judiciales, fue este hombre quien, ante la presión sobre el caso, tomó un remis con la chica y la dejó en la esquina de la casa de sus padres.
La joven, que apareció este miércoles tras haber sido vista por última vez el 12 de agosto pasado después de salir del colegio al que concurría, fue trasladada esta mañana a la DDI de San Isidro para declarar con una psicóloga y en cámara Gesell.
«Está bajoneada, pero la llevaron al médico y está bien, no fue golpeada», señaló el padre de la chica, Mario, y afirmó que «fue forzada» a no volver a su casa.
«Alguien la retuvo», añadió en declaraciones al canal C5N y aseguró que la carta que presuntamente dejó Ludmila antes de irse «no es de ella».
«Me voy por un tiempo, no me busquen porque no me van a encontrar», decía la nota que los padres reafirman que fue escrita bajo presión por su apropiador.
La aparición de la joven ocurrió cuando se había organizado una nueva marcha por parte de la comunidad del colegio Nuestra Señora de Fátima al que asiste.
El día de su desaparición la adolescente asistió a esa escuela de Tortuguitas y las cámaras de seguridad la ubicaban a las 13.30 en la estación de trenes Manuel Alberti, sin compañía.