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Un deslumbrante show de Las Pelotas y la energía arrolladora de Catupecu Machu le pusieron el broche de oro a un espectáculo de primer nivel. También tocaron Los Cafres, Ella es tan Cargosa y bandas emergentes.
En su tercera edición, el festival Rockea BA convocó este sábado a más de treinta mil personas que disfrutaron y vibraron con un espectáculo de alto vuelo, al que Catupecu Machu y Las Pelotas le pusieron el broche de oro.
El evento comenzó temprano y a pleno sol. Desde las 14 empezaron a pasar por el imponente escenario anaranjado las bandas finalistas del certamen, la ganadora del Rockea 2014 y Ella es tan Cargosa, que fue poniendo en clima a una multitud con mayoría de adolescentes.
El sol ya se retiraba cuando llegó el turno de Los Cafres. Para entonces, el predio de Jumbo estaba atestado por unas treinta mil almas -muchos vinieron de distritos cercanos y también de Capital- y el marco era ideal. La banda liderada por Guillermo Bonetto le aportó una buena dosis de reggae al festival, imprescindible para lo que vendría a continuación.
A las 19.30 el cantante de Catupecu Machu saludaba al público y daba inicio a un demoledor set de setenta minutos, que comenzó con El grito después e incluyó una excelente versión del tema Persiana Americana, de Soda Stereo. «No es un homenaje, es un beso, un cariño», explicó Fernando Ruiz Díaz, que también recordó a Luis Alberto Spinetta y a otros grandes del rock nacional. «Esta vida que llevamos es hermosa, inspiradora y peligrosa. No saben cuánto amamos a la gente», expresó.
Confusión, Plan B, Es todo lo que tengo, Metrópolis nueva y Magia veneno fueron algunas de las canciones que sonaron con fuerza desde el escenario del Rockea BA. Las tres del final fueron Dale! -con una fuerza estremecedora-, el Blitzkrieg Bop de The Ramones y Sin el suelo, con un pogo generalizado en el campo.
Minutos después de las 21 llegó el plato fuerte: Las Pelotas. La banda liderada por Germán Daffunchio comenzó su show como si fuera una prueba de sonido, con Como se curan las heridas y poco a poco fue levantando el volumen de la mano de Desaparecido, con toda la gente acompañando el estribillo, y Día Feliz, para los seguidores más antiguos.
Después llegó un intervalo más tranquilo, con reggae, Cerca de las nubes, Personalmente y Si supieras. Una especie de descanso para el envión final, que quizás haya sido el punto más elevado no sólo de Las Pelotas sino del Rockea.
Bombachitas rosas, Corderos de la noche y La mirada del amo fueron levantando de nuevo la temperatura, hasta llegar a Esperando el milagro con Daffunchio sentado en el borde del escenario, bajo la incipiente llovizna y con Gabriela Martínez tocando el bajo apoyada sobre sus hombros, configurando la mejor postal posible de la noche.
Para el último tramo quedaron Cuántas cosas, Capitán América y Ya no estás, con el público ya exultante, saltando y siguiendo las letras a viva voz. Después los bises y el cierre a las chapas con Shine, en una despedida que dejó a todos eufóricos, llenos de rock y con un mensaje: «Sigan luchando por lo que creen, vale la pena. Aguante la vida».
A las 22.30 se bajó el telón del Rockea BA y la muchedumbre se desconcentró de manera ordenada y pacífica. Atrás empezaba a quedar un recital que los escobarenses no olvidarán fácilmente.