Indignados y asustados. Así están en estos días los vecinos del barrio náutico El Naudir, donde una sugestiva serie de robos ocurridos en los últimos días encendió todas las alarmas y también disparó sospechas de complicidad en distintas direcciones.
El country está ubicado a un costado de la ruta provincial 25, cerca del río Luján, en Belén de Escobar, y se encuentra atravesando una crisis de inseguridad nunca vista. Que dos casas hayan sido asaltadas en las últimas 24 horas hizo estallar un conflicto que se venía incubando desde hace bastante tiempo.
La situación llegó a tal punto que los vecinos presentaron una denuncia para que se investigue a la desarrolladora E2, de Adrián Saracco; a la administración y a la empresa de seguridad privada SECUTEC, tanto por sus acciones como por sus omisiones.
Ante este panorama, el Municipio decidió intervenir acompañando el pedido de investigación iniciado por los vecinos y reforzando la seguridad en las adyacencias y el perímetro de El Naudir.
Desprotección total
La gota que rebasó definitivamente el vaso ocurrió este lunes a la noche, cerca de las 21, cuando tres delincuentes encapuchados ingresaron a una vivienda ubicada cerca del perímetro y tomaron por sorpresa a sus ocupantes: el dueño de una empresa de mudanzas y su pareja.
“Al hombre, que intentó defenderse, le dieron un culatazo, los maniataron y encerraron en un baño de la casa”, señalaron fuentes policiales consultadas por El Día de Escobar. Los ladrones, que estaban armados y usaban guantes, se llevaron dos mil dólares, relojes, joyas y un televisor, según consignó Télam.
Mientras esta familia era asaltada, numerosos vecinos estaban participando de una asamblea convocada por los múltiples reclamos sobre el deficiente servicio de seguridad en el country. Una curiosa paradoja que también alimentó suspicacias sobre algún tipo de connivencia con los delincuentes.
De hecho, con un modus operandi similar, el domingo a la noche había sido robada otra vivienda, cuyos inquilinos no se encontraban en ese momento. Los ladrones se llevaron dinero, computadoras y alhajas, según trascendió.
No son los primeros robos que se dan en El Naudir, pero sí los que desencadenaron un hartazgo y pánico generalizados. “Pagamos una fortuna de expensas y no tenemos una mínima protección”, protestó una propietaria,
A partir de estos dos episodios quedó al descubierto que, a pesar de lo que pregona en sus publicidades, El Naudir es un barrio tan inseguro como cualquiera: las cámaras de seguridad colocadas en el perímetro no tienen conectividad y la empresa SECUTEC no responde a los sensores de alarmas, según expresaron los vecinos, con comprensibles sospechas e indignación.
Reacción municipal
Al tomar conocimiento de estos hechos, la flamante secretaria de Seguridad y Prevención Comunitaria del Municipio, Rocío Fernández, se acercó esa misma noche al barrio náutico, dialogó con los vecinos y dispuso reforzar la seguridad en esa zona.
Al lugar también concurrieron el jefe de la Estación de Policía de Escobar, comisario mayor Javier Sastre; el jefe del Comando de Patrullas, comisario inspector Diego Enríquez; y el instructor fiscal Sebastián Velázquez, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº5.
Los funcionarios resolvieron desplegar una consigna policial y patrullaje constante sobre la ruta 25 y puntos linderos, además de facilitar alarmas vecinales con conexión al Centro de Monitoreo, según informó el Municipio en un comunicado de prensa.
Por su parte, además, el Municipio decidió “acompañar a los vecinos ante el pedido de investigación contra la desarrolladora E2, la administración y la empresa de seguridad privada SECUTEC, por sus acciones y omisiones en el cumplimiento de las obligaciones a su cargo”.
¿Zona liberada?
La falta de conectividad de las cámaras y la desatención de la empresa de seguridad a los sensores de las alarmas despertaron en los habitantes del barrio razonables sospechas sobre algún tipo de connivencia con los delincuentes, más allá de un nivel de impericia sorprendente.
Para la Policía, esclarecer estos robos no será tarea sencilla. “Son hechos bastante difíciles de trabajar, porque el barrio no tiene en funcionamiento sus cámaras y el sector donde ocurrieron da a la parte trasera que da al humedal y no tiene iluminación”, comentó a este medio un funcionario que participa de la investigación.
No obstante, aseguró que se está trabajando arduamente en dar con los delincuentes y no descartó que puedan surgir novedades de un momento a otro.