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Rojas, Peralta, Greco y Buzzi festejan con Acuña, que acaba de poner en ventaja al tricolor tras un rápido ataque.
A pocos días de cumplirse cien años del genocidio sufrido por su colectividad, Deportivo Armenio demostró que también tiene memoria dentro del campo de juego. Recordó lo que era jugar al fútbol y le ganó a Morón por 2 a 0, con goles de Oscar Acuña -en claro offside- y Nahuel Peralta. Así, el conjunto de Maschwitz volvió a sumar de a tres luego de cuatro partidos y, de paso, le cortó el invicto en el Nuevo Francisco Urbano a los dirigidos por Blas Armando Giunta, que se fueron silbados.
Fue una tarde redonda para los muchachos de Federico Domínguez, que la estaban necesitando tanto los jugadores como el cuerpo técnico y los hinchas, porque los resultados no se venían dando y el juego demostrado en los últimos encuentros tampoco era convincente. Hoy, pese a momentos de zozobra, ambas condiciones se dieron y los tres puntos viajaron al barrio San Miguel.
Sin su goleador Federico Ortiz López entre los titulares -estuvo toda la semana con gripe y fue al banco- y con los ingresos de Héctor Buzzi y Nahuel Sica en el mediocampo, el tricolor trató de imponerse desde los primeros instantes del partido. A los 17′, Matías Greco tuvo la más clara con un remate bien atajado por Sebastián Peratta. Un rato antes, Nahuel Sica también había estado cerca de abrir el marcador. Pero, aunque era un poco más que el dueño de casa, no lograba materializar esa circunstancia en situaciones de riesgo para el arco rival.
Esa historia cambió en el complemento: el equipo de la colectividad se acercó cada vez más a la valla defendida por el experimentado Peratta. Las falencias de la defensa del equipo del oeste eran notorias, Armenio lo aprovechó y así se puso en ventaj: Oscar Acuña le robó lícitamente la pelota a Lemos, el delantero jugó con Peralta, el 10 habilitó a Greco y este le devolvió la pelota a «Chichi» que, en posición indebida, marcó el primer tanto de la tarde.
Morón no demostró casi nada de la garra y el cuchillo entre los dientes que caracterizaron a Giunta en su etapa de futbolista. La desventaja lo obligó a jugar más adelante, al mismo tiempo que Armenio se replegó y prácticamente renunció a jugar en los últimos 15 minutos. Alvaro Villete, con tres tapadas notables, fue el candado que mantuvo a resguardo la victoria.
Cuando el partido se moría, el ingresado Nicolás Monge inició un rápido contraataque por la banda derecha y le sirvió el gol a Peralta, que con un potente zurdazo fusiló a Peratta y definió el asunto.
Triunfazo de Armenio en una cancha en la que siempre le costó prevalecer -venía de dos derrotas 3 a 0- y hoy lo hizo. Los muchachos de Federico Domínguez volvieron a sumar de a tres y, sobre todas las cosas, recordaron cómo jugar. Con memoria, todo puede cambiar.
Por Alejo Porjolovsky
