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Durante el evento se desarrollará un concurso de cocineros y se premiará al mejor pollo al barro escobarense.
Tras el éxito del año pasado, se confirmó que el viernes 1º de mayo se llevará a cabo la 2ª Fiesta Popular del Pollo al Barro, en la plaza de la estación de Belén de Escobar, con entrada libre y gratuita.
El homenaje al plato escobarense por antonomasia y, por ende, a sus precursores, comenzará a las 10 y contará con números artísticos y actividades para todas las edades. Como principal atracción, el público podrá degustar el tradicional pollo al barro, creado por Don Antonio Spadaccini en su Hotel de Viajantes, que estaba ubicado frente a la actual terminal, y también otras especialidades típicas de la cocina criolla.
Además, el público podrá adquirir diferentes productos en la feria de artesanos y emprendedores, intervenir en partidas simultáneas de ajedrez, visitar la exposición del vehículo pilarense que participó en el Rally Dakar y divertirse en los juegos organizados para niños y adultos en la placita de la estación.
Asimismo, a partir de las 11 se desarrollará el un concurso de cocineros que premiará al autor del mejor pollo al barro escobarense.
“La fiesta tiene como objetivo realizar un evento social, cultural y turístico, que recupera una tradición gastronómica casi centenaria de nuestro partido. Iniciada por el pionero Don Antonio Spadaccini y que fuera continuada por un hijo de este pueblo, Don Pedro Vallier, en su antológico restaurante ‘El Rancho de Don Pedro’, que marcó toda una época para el turismo, la gastronomía y el folklore escobarense”, informó la organización.
La Comisión Popular Fiesta del Pollo al Barro está integrada por más de veinte entidades civiles y agrupaciones de diferentes sectores, entre las que se encuentran la Cámara de Turismo y el Club Italiano de Escobar, Raíces Jujeñas y la Asociación de Militantes Sociales (AMIS) de Garín, el Club de Leones y la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Escobar.
Receta propia
El experimento culinario desarrollado por Spadaccini consistía en alimentar los pollos con maíz, una vez limpios los hacía adobar con variedad de especias y finalmente los rociaba con un jarabe hecho de vinagre de vino y aceite de oliva. Luego los envolvía en un papel grueso enmantecado, ataba los extremos y los recubría con una fina capa de barro.
Después de uno o dos días de maceración, se cocinaba en un horno, también de barro, y a fuego lento. El resultado era un pollo glorioso. “Esa fue una ocurrencia mía que me llevó bastante tiempo y bastante trabajo”, admitió quien fuera uno de los primeros pobladores de la zona considerados “importante” por la sociedad.
Don Antonio Spadaccini enseña su exclusivo y célebre pollo al barro, que preparaba en su Hotel de Viajantes.
