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El tricolor tuvo un gran primer tiempo, pero no pudo liquidarlo y se quedó con poco resto en el complemento.
Armenio volvió a sufrir un trastorno de personalidad que terminó costándole dos puntos. El domingo de Pascua era la oportunidad ideal para vencer al puntero Brown de Adrogué y así trepar en la tabla de posiciones de la B Metro, pero a un gran primer tiempo de los de Maschwitz le siguió la contracara: un complemento muy flojo que terminó decantando el partido en un empate con sabor a poco para la escuadra de Federico Domínguez.
Es verdad que el conjunto visitante llegó al barrio San Miguel como líder invicto de la divisional y con una propuesta interesante de juego, pero las ausencias del capitán Facundo Lemmo, Guillermo Pfund y Adrián Maidana, sumadas a un comienzo dubitativo de los de Adrogué, le dieron la batuta al equipo de la colectividad, que no se achicó para nada.
Iban apenas tres minutos cuando Gonzalo López Aldazabal marcó el punto del penal. Mathias Buongiorno, hasta el momento infalible en este tipo de circunstancias, pateó fuerte al medio para poner en ventaja al local. Segundo tanto desde los doce pasos para el capitán uruguayo, que en el complemento sería reemplazado por un fuerte dolor en su tobillo derecho.
Sin quedarse conforme, los dirigidos por Federico Domínguez siguieron atorando a un Brown que estaba para el cachetazo. Nahuel Peralta y Matías Greco lastimaron casi toda la primera parte por izquierda y por derecha, respectivamente, y Oscar Acuña era un partícipe importante de las llegadas.
Como contraparte, la visita sintió el golpe y recién en los minutos finales de la etapa inicial, aprovechando la merma física del dueño de casa, los de Pablo Vicó se acercaron un poco más al arco de Álvaro Villete.
Armenio estaba haciendo una gran tarea ante el puntero de la B Metropolitana, pero todo cambió en los segundos 45. La intensidad y el hambre de gol le dieron paso a la preferencia por aguantar en campo propio y buscar alguna contra salvadora; la personalidad del equipo mutó por completo, al igual que el encuentro.
Así, ni Peralta ni Greco avanzaron como antes, Acuña no pesó en la ofensiva y Federico Ortiz López completó un mediodía discreto en el que no pudo continuar con el rendimiento que viene llevando en la temporada.
Tampoco hay que quitarle mérito a Brown: el puntero salió con más convicción a la segunda parte, se hizo dueño de la pelota y generó cierto peligro en la valla armenia. De tanto insistir, a los 13 minutos logró la igualdad tras una preciosa combinación de tacos y triangulaciones entre Brito y García que le sirvieron el gol a Matías Sproat, de lo mejorcito del conjunto del oeste.
Los muchachos de Domínguez volvieron a adelantarse en el campo y demostraron que podían generar situaciones haciéndolo, pero el estado físico ya no era el mismo. Los de Vicó tampoco aprovecharon el envión del empate y se quedaron con el puntito que los ayuda a mantenerse como líderes absolutos de la categoría.
Las dos caras de Armenio marcaron el trámite del partido. El tricolor de Maschwitz disfrutó la imagen del primer tiempo y terminó aborreciendo la del segundo, la que lo privó de volver al triunfo y de sumar dos puntos que hubieran venido bien para acomodarse en la tabla.
Igualmente no es tiempo para lamentaciones: la próxima fecha espera Tristán Suárez, una oportunidad más para sacar a relucir la buena personalidad del equipo y enterrar la mala.
Por Alejo Porjolovsky
