A Armenio le robaron, lo dejaron con las manos vacías. Pese a que el equipo de Maschwitz no mostró demasiados argumentos futbolísticos en su visita a Platense, el gol del Calamar fue marcado en un offside fuera de discusión, que terminó decantando el partido para el dueño de casa.
Así, los de Pedro Bocca sumaron este sábado su segundo éxito en fila y le cortaron el envión que a los muchachos de Federico Domínguez, que en la semana venían de clasificar a 32avos de final de la Copa Argentina tras superar a Berazategui por penales y en el torneo de la B Metropolitana sumaban tres fechas sin caídas.
Analizando el partido, el local demostró más aptitudes de cara al arco rival. En los primeros minutos avisó con algunas aproximaciones y manejó la pelota en gran parte del trámite. Incluso, era el dueño del encuentro al momento del gol.
Pero una acción beneficiosa terminó manchando al conjunto marrón con tinta de calamar: a los 32′, tras un córner que derivó en un nudo de piernas dentro del área, Walter Ortiz encontró a Pablo Miranda en claro fuera de juego y el delantero, a medio metro del arco, solamente tuvo que empujar la pelota ante un Álvaro Villete sorprendido.
El árbitro Martín Gonaldi hizo caso omiso a las protestas de los jugadores visitantes, convalidó el tanto y el encuentro continuó su curso. De hecho, el error de la terna arbitral no justifica ni soslaya el mal partido de Armenio, que prácticamente no llegó a la valla defendida por Ezequiel Mastrolía.
Recién en la última parte del partido, las proyecciones del ingresado Gonzalo Paz y algún que otro remate lejano de Matías Rojas generaron algo de peligro. Oscar Acuña pudo haber empatado en el último minuto, pero su remate, desviado por un defensor, se fue besando el palo izquierdo.
Tibia actuación de un Armenio que, igualmente, se vuelve con las manos vacías de manera injusta por un grueso error arbitral.
En la próxima fecha el puntero invicto, Brown de Adrogué, visitará el barrio San Miguel. Una oportunidad ideal para que el equipo de Maschwitz no pierda terrero en un torneo bastante parejo.
Por Alejo Porjolovsky