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Vangioni y Funes Mori se suman al festejo de gol del garinense, que le rompió el arco a Rodríguez con un zurdazo.
Si algo le faltaba al garinense Ariel Rojas (28) para ponerle el moño a su gran presente en el Torneo de Transición de Primera División era marcar un gol y este domingo lo cumplió. Por la octava fecha, el puntero e invicto River Plate goleó 4-1 a Independiente y el “Chino” clavó un zurdazo inatajable que se convirtió en su primer tanto oficial con la camiseta millonaria.
Corrían 36’ del primer tiempo y el conjunto de Marcelo Gallardo buscaba el segundo gol, después de ponerse en ventaja apenas iniciado el encuentro. Córner desde la derecha, un jugador del Rojo –Cristian Tula- desvía la pelota y le cae en los pies a Rojas, que en una combinación de calidad y fuerza brutal sacó un hermoso disparo que se coló en el ángulo superior izquierdo del “Ruso” Rodríguez, que nada pudo hacer. Lo demás es historia.
El Monumental explotó y el duelo por la punta del torneo empezó a definirse tempranamente, pero para “El Chino”, que emuló en el festejo al “Muñeco” haciendo la visera, significó mucho más: luego de un comienzo bastante irregular –llegó en julio de 2012 y con Almeyda como DT no jugaba- y criticado hasta por los propios hinchas, el exquisito volante gritó su primer gol oficial con La Banda –había convertido de chilena ante Racing en el verano de 2013- y le puso así el moño a un nivel de juego que este año viene rozando la perfección.
Con el golazo ante Independiente, el zurdo del barrio Baldi alcanzó los 12 tantos en su carrera profesional y volvió a inflar la red después de 1014 días: el último había sido jugando para Godoy Cruz de Mendoza, en diciembre de 2011, ante Atlético Rafaela.
Ahora los hinchas millonarios del distrito estarán completamente felices, porque su River sigue siendo una maquinita que nadie puede detener y porque una de sus piezas claves es un jugador local, que con mucho esfuerzo y dedicación cumplió el “sueño del pibe” y ya se está inscribiendo en la historia grande del club de Nuñez.
Por Damián Fernández
