Las montañas de residuos crecen y crecen al costado de la antigua ruta 9, en Belén de Escobar. Botellas de todo tipo, plásticos, pañales, trapos, restos de comida, sanitarios rotos, mangueras y hasta animales muertos son algunas de las cosas que pueden observarse a simple vista a lo largo de unos dos kilómetros, desde el boulevard Güemes hasta el cruce con Colectora Este.
No hace falta ser un ambientalista para advertir el desagradable aspecto del lateral de la ex ruta Nacional Nº9 que da a las vías del ferrocarril Mitre. Una simple pasada alcanza para constatar la cantidad de focos infecciosos que brotan al costado del camino, desde hace ya tiempo y cada vez con mayor volumen. Esta situación no solo afecta gravemente la estética del lugar sino que pone en riesgo la salud de los vecinos de los barrios Stone, San Luis y El Triángulo.
“El problema de la basura siempre estuvo, lo que pasa ahora es que hay más casas, la población creció y la basura se sigue tirando”, afirmó a EL DIA de Escobar María Ester Buffa, la vecina de Stone que en 2002 inició una incansable lucha por la repavimentación de la hasta hace unos años intransitable ruta 9, que se finalmente se logró pero a medias, porque aún están pendientes las banquinas y la iluminación, además de la limpieza.
¿Quién arroja tanta basura allí? Otra vecina, Ana María, señaló que “lamentablemente la propia gente que vive al lado de las vías tira la basura y uno no puede decirles nada porque te metés en problemas. La gente no cuida y da asco caminar por el costado de la ruta, porque las ratas andan como pancho por su casa”.
“Así como se hace campaña política casa por casa, ¿por qué no pasan para concientizar a la gente sobre el medio ambiente y tratan de resolver este problema?”, retomó Buffa.
Desde la Municipalidad argumentan que no pueden erradicar esos basurales porque están sobre tierras federales y corresponden a la Unidad de Gestión Operativa Mitre-Sarmiento (UGOMS) -ex TBA-, mientras que desde este organismo dicen que no limpian porque los vecinos son los que ensucian y que quizás lo hacen porque el recolector no pasa por sus casas.
Mientras todos juegan al gran bonete a la hora de cargar con las responsabilidades, las montañas de basura siguen creciendo a la vera de la autovía, convirtiendo en una inmensa inmundicia un lugar que con un poco de higiene y parquización sin dudas daría gusto recorrer.
Por ahora, los sucios, la mugre y la desidia van ganando la batalla.