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Las murgas le pusieron ritmo, baile y color de carnaval al corso organizado por la ONG Escobar Artes y Oficios.
En días de carnaval y con festejos en casi todas las localidades del distrito, la Sociedad de Fomento Cultural y Deportiva Villa Vallier no quiso ser menos y este sábado 16 a la noche abrió las puertas de su sede de la avenida San Martín para que la comunidad pueda vivir y disfrutar la alegría de los corsos con entrada libre y gratuita.
La jornada comenzó poco después de las 19, cuando saltaron a la pista los centros de murga “Los Auténticos”, de Villa Alegre, y después “Los Garufas”, de Ingeniero Maschwitz. La gente poco a poco se iba acercando hasta dar un marco ideal a la celebración.
“Básicamente queremos festejar después de tanta lucha para regularizar la situación de la Fomento y por eso aprovechamos la fecha de carnaval para juntarnos y tratar de que los vecinos vuelvan a este lugar”, explicó Brenda Vallier sobre el objetivo de esta iniciativa. Ella conforma la ONG Escobar Artes y Oficios, que desde 2010 viene abogando por la normalización de la entidad barrial, que hasta fines de año pasado estaba funcionando con una comisión directiva sin legitimidad.
Entre tanta lucha los Vecinos Autoconvocados y la mencionada ONG decidieron tomarse un respiro y llevar adelante este corso, para traer un poco de alegría a la población que rodea a la Fomento. “La recepción de la gente es muy buena para con nuestro trabajo, pero después de tanto vaciamiento de la institución no es tan fácil que vuelva y la sienta como un lugar de pertenencia. Pero ese es uno de nuestros objetivos y lo vamos a lograr”, afirmó Lorena Brola, integrante de ambas organizaciones y nieta de uno de los Vallier fundadores de la Fomento.
Mientras tanto los festejos carnavalescos continuaban al aire libre en el patio principal de la Fomento, con los más chicos como protagonistas estelares de la noche corriendo y disparando para todos lados la espuma de sus pomos.
Pasadas las 22 todas las miradas se centraron sobre la murga barrial “Los Desacatados”, que fue medalla de oro en los últimos Juegos BA. Bombos, redoblantes, trompeta y un destacado vestuario, entre otros atributos, hicieron que su aparición se convierta en lo más rutilante de la noche y que hasta los menos ávidos al baile no puedan evitar mover sus cuerpos al compás.
Entre murga y murga hubo música bailable y las cumbias del recuerdo, con Amarazul y La Nueva Luna entre los favoritos. El tiempo corría pero la gente seguía yendo y viniendo del buffet y esquivando los tiros espumantes de los pequeños. Ya cerca de las 23, un grupo de música cerró los festejos interpretando un variado repertorio de moda.
El corso finalmente culminó cerca de la medianoche, con caras de alegría en asistentes y organizadores.
