A la hora que ocurrió el desgraciado suceso que le costó la vida, la pequeña Samanta Aguilar tenía que estar en la escuela, estudiando, divirtiéndose. Pero este miércoles no tenía clases porque se habían suspendido a causa de la sudestada que afectó al Delta bonaerense. Son caprichos del destino y seguramente no tenga sentido anclarse en estas reflexiones, pero es lo primero que pensaron en la EGB Nº 22 “José Manuel Estrada” cuando se enteraron de su fallecimiento.
La nena vivía junto a su madre, Andrea, y el concubino, José Simón, en una casa ubicada a la vera del río Luján, a unos 200 metros del puente que está sobre la ruta 25. Víctimas de los fuertes vientos del sudeste, tenían unos veinte centímetros de agua en el inmueble. Para climatizar el ambiente, el hombre puso una garrafa con una pantalla. Pero el calentador, como tantos otras veces ha ocurrido, se convirtió en un arma letal.
Según las hipótesis que se manejan, la inhalación del monóxido de carbono emanado por la precaria calefacción les produjo somnolencia y adormeció progresivamente a los tres. El primer afectado por ese cuadro fue el hombre, quien trabaja como enfermero en la Delegación Municipal de Islas. Al ver que no reaccionaba, su mujer llamó a esa dependencia alertando que había sufrido un paro cardíaco. Instantes después, ella y su hija también se desvanecerían.
Cuando policías y bomberos entraron a la casa se encontraron con un cuadro dantesco: la mujer estaba tirada en el suelo, boca abajo, semicubierta por el agua. Pero mucho más escalofriante aún fue que debajo de ella estaba la pequeña, que aún presentaría signos vitales. Ambas, junto al hombre, fueron trasladadas de urgencia al hospital Erill.
Durante una hora los facultativos le practicaron maniobras de reanimación a la pequeña, pero fueron infructuosos todos sus intentos. Su madre aún continúa internada en terapia intensiva, en tanto que su pareja recuperó el conocimiento horas después de la tragedia.
La fatalidad ocurrida el pasado miércoles al mediodía causó conmoción en la comunidad isleña y en la de la escuela a la que asistía la menor, quien este viernes 21 fue velada en la Delegación de Garín y recibió cristiana sepultura en el cementerio municipal de Belén de Escobar.
Los pormenores de este aciago suceso serán dilucidados a través de pericias que está llevando a cabo la División de Policía Científica.