En caliente, apenas unos minutos después de haberse bajado del ring, a Mateo Verón le costó asumir el fallo del jurado que dio ganador a Javier Maciel. “Fue una pelea dura, pero pensé que iba a ganar”, fueron sus primeras palabras ante los micrófonos de la prensa local.
“Fue una pelea dura, pareja, pero pensé que iba a ganar, aunque sea por medio punto. La gente pensaba en el gancho al hígado, pero no me lo pegó nunca. Me complicó la última caída, ahí estuvo la diferencia”, expresó el púgil de Benavídez que entrena en Garín, que agradeció al público el apoyo recibido. “No sentí prisión, me sentí muy a gusto, como en mi casa. Traté de dejar todo arriba del ring, pero no se pudo”.
Al hablar de su retador, Verón lo definió como “un rival duro”, pero que “pega fuerte y nada más”. No obstante, le reconoció su fuerza física: “Cuando iba al frente sentía que no lo movía con nada”.
El destronado campeón también remarcó su apego al plan de la pelea y se mostró esperanzado: “Hice mi boxeo, agarrar si no me conviene, pegar, salir. Pero se gana, se pierde y hay que seguir adelante, como siempre. La vida da revanchas y vamos a tratar de llegar mejor la próxima vez”, concluyó el “Chino”.