Premian a siete vecinas escobarenses por su vocación y trabajo

La docente Ana María Maiorini recibió la distinción mayor de la Mesa Redonda Panamericana de Escobar.

lunes 05 febrero, 2024

Las siete escobarenses galardonadas por la Mesa Panamericana. En el centro, la docente Ana María Maiorini.

En coincidencia con la celebración del Día de las Américas, este sábado 14 a la noche la Mesa Redonda Panamericana de Escobar llevó a cabo su entrega anual de distinciones a mujeres destacadas del distrito por su trabajo y vocación.

El acto se desarrolló en la Casa de la Cultura del Municipio y comenzó con la entrada de alumnas del instituto LEA portando las 35 banderas del continente. La guardia de honor de las mismas estuvo a cargo de mujeres policías y bomberas.

La entidad presidida por Elba Salas distinguió con un diploma de honor y un ramo floral a siete damas escobarenses que fueron elegidas por sus compañeros de trabajo y de las instituciones a las que pertenecen. De esta manera, una a una fueron pasando y presentadas por una persona allegada, que oficiaba de oradora, para que todos supieran los méritos por los que fueron nominadas.

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Las protagonistas de la noche fueron: Estela Miño (enfermera), María Cristina “Titi” Palermo (escritora), Viviana Rebassa (ambientalista), Luciana Romano (subteniente de la comisaría Escobar 1ra), María Paula Geerneck (creadora de la escuela de cadetes del cuartel de bomberos de Maquinista Savio), Ana María Maiorini (docente) y María Isabel Fernández (coordinadora de la ONG Sonidos del Alma).

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De ellas, quien se llevó el diploma de Mujer del Año 2011 fue la profesora de historia y geografía Ana María Maiorini de Couto. Con 50 años de trayectoria en la docencia, se encarga de organizar campañas y eventos solidarios junto a sus alumnos del instituto de Florihorticultura y de la Asociación Cristiana de Jóvenes, donde ejerce actualmente.

“Siempre he ejercido con una doble finalidad: que los chicos aprendan mis materias y despertar en ellos el sentimiento de solidaridad y tuve mucha suerte. Los voy moviendo y ellos se dan cuenta, están al lado mío siempre. Tienen un gran corazón”, afirmó Maorini, agradecida por la distinción, ante una sala colmada.

Por Javier Rubinstein