Al cumplirse un año de su fallecimiento, familiares y amigos de Carlos Borrás marcharon este martes 24 por el centro de Belén de Escobar para reclamar una dura condena para el asesino del joven, que empezará a ser juzgado a fines de febrero.
“Estamos pasando un momento muy duro. Mi casa se derrumbó. Es un dolor que no se te va más de adentro, no te lo curás nunca”, expresó su padre, Juan, en declaraciones a El Día de Escobar. “Lo único que pedimos es justicia. La vida de mi hijo no me la va a devolver nadie, pero pido que la gente que tiene que hacer las cosas las haga bien, para que no haya más Carlitos”, señaló en relación al juicio oral y público que dará comienzo el lunes 27 de febrero, en el Juzgado Criminal Nº 2 de Campana.
Con sonido de redoblantes, un gran estandarte con el rostro de Carlitos y varios caballos cerrando la columna, la marcha partió alrededor de las 20 desde el Palacio Municipal y recorrió la avenida Tapia de Cruz hasta la esquina de Alberdi. Allí, en la plaza de los Policías Caídos, se proyectó en una pantalla gigante un video en homenaje a Carlitos realizado por sus amigos y su madre, Paula.
“Los amigos siempre están con nosotros y tenemos que agradecerle a toda la gente que se suma y nos apoya”, expresó Juan Borrás. Entre esa gente estaban los padres de José López y de Claudio Krajnik, dos jóvenes de Maschwitz fallecidos en circunstancias que sus familiares, en contradicción con la justicia, consideran dudosas.
Carlitos era el mayor de 4 hermanos y un sostén del hogar, ya que su padre es discapacitado motriz y él lo ayudaba en sus labores. “De comer no nos falta, pero se nos derrumbó casi toda la casa. Los primeros dos o tres meses recibimos ayuda, pero después quedamos en el olvido”, afirmó Juan Borrás.
El único imputado por el homicidio es un hombre de 37 años que se llama Horacio Ferreyra, quien varias veces había amenazado de muerte a Carlitos porque sus caballos le molestaban. Aquel 24 de enero de 2011, Ferreyra consumó su amenaza propinándole al chico un letal fierrazo en la cabeza.
El hombre ya tenía antecedentes carcelarios: años atrás había estado preso por asesinar a su padrastro, en su Chaco natal. “Nos dicen que podrían darle una condena de 14 años, pero eso para él no es nada. Ese malparido se tiene que pudrir en la cárcel”, sentenció el padre de Carlitos.