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Costa ejerció la presidencia provisional del Senado.
A casi nada de que finalice un año electoral que no lo tuvo como candidato pero que vivió con muchísima identidad, particularmente a partir de la postulación a concejal de su hijo, el senador provincial Roberto Costa hizo un balance positivo de 2011 a la vez que planteó una mirada inquietante sobre el futuro inmediato del país, en declaraciones a El Día de Escobar.
¿Cuál es su balance del año, a nivel legislativo y político?
Fue bueno. Desde el punto de vista personal, en la Cámara logré que se aprobaran cuestiones que para mí eran muy importantes. En el caso de Escobar, por ejemplo, los juzgados laborales, el nuevo juzgado de Garantías y elevar a secretaría o subsecretaría de Trabajo a la inspectoría laboral. Y otros proyectos importantes para la provincia, como lograr media sanción para la ley de jubilación de los concejales.
¿Cuánta importancia le da al hecho de haber presidido circunstancialmente el Senado provincial?
Son situaciones que se dan. Pero creo que es mucho más importante haber retenido la vicepresidencia, teniendo en cuenta que el justicialismo tiene mayoría propia. Lo tomo como un reconocimiento al trabajo realizado en los últimos dos años.
¿Lo peor del año fue el resultado del acuerdo electoral con De Narváez?
Lo malo fue que no se supo explicar un acuerdo que de entrada parecía bueno y potenciador, pero terminó desinflándose.
¿Sigue pensando que era bueno?
Sí, estoy convencido. Lo que pasa es que no se explicó bien. Y entonces muchos radicales fueron a menos. Pero en Escobar la gente no lo tomó como un mal acuerdo, nos acompañó con el voto.
¿Cómo ve el panorama a nivel nacional?
Estoy de acuerdo en un montón de cosas con el gobierno, pero me preocupa mucho la política de confrontación. Me parece innecesario que la Presidenta, con el apoyo que tuvo, siendo sin lugar a dudas la mejor y teniendo una capacidad sin límites, arranque la primera curva llevándose todo por delante. No se puede pegarle a todo el mundo a la vez y salir ileso.
¿Qué temas lo preocupan?
Estoy preocupado por la confrontación con la CGT, que puede traernos problemas; por los controles sobre las monedas de cambio y por el avance sobre Papel Prensa, aunque no defiendo a Clarín y siempre estuve en contra de los multimedios, pero me parece un avance sobre la propiedad privada. Y también estoy preocupado porque no vamos a tener un buen año desde el punto de vista de la economía, porque van a bajar el consumo y el crecimiento.
¿Qué sensación le produce que su hijo haya asumido como concejal?
Para mí es un alivio, porque hacerme cargo de la política local me estaba costando mucho. Creo que está mucho más preparado que yo cuando fui concejal por primera vez. Tiene un pensamiento propio y una personalidad definida. Lo que siento no es orgullo, porque creo que se lo ganó laburando como un animal. Como padre me alegra tener un hijo que con 26 años está contento con lo que hace y preparándose para estar más capacitado. Veremos cómo le va, en la cancha se ven los pingos…
