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La comunidad de Maquinista Savio se reunió este sábado 21 para apoyar la imposición del nombre de Néstor Boca a la escuela de educación especial número 502, seleccionado por los alumnos y los miembros de la institución.
Esta distinción fue la más votada, debido a los datos que los estudiantes pudieron recabar sobre la tarea solidaria que Néstor realizaba para el barrio.
Asimismo, se labró el acta correspondiente para elevar el pedido de nombramiento a la Dirección General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires.
En el año 1955, Boca llegó a Maquinista Savio oriundo del distrito de Pergamino. Había organizado una fuente de trabajo digna para los vecinos que rescataban desechos de la quema que lindaba con la actual calle El Ceibo y las vías del ferrocarril, donde hoy se ubica la escuela.
Antes de su oportuna intervención, todo el barrio trabajaba en el basural casi en estado de esclavitud, donde llegaba la basura de toda zona norte. Allí se recolectaba lo comerciable y debía quedar en los galpones del dueño de todo el loteo y sus segundos, quienes custodiaban el predio armados con carabinas.
Una unidad básica y un merendero complementaban el marco de esta tarea comunitaria.
“Fue un servidor que se dedicó a tramitar los documentos de identidad de muchos vecinos de la localidad y siempre estuvo atento a golpear las puertas necesarias para ayudar al prójimo”, relató uno de sus hijos presentes en la reunión del sábado.
Néstor Boca fue detenido y desaparecido el 3 de febrero de 1976 por la Triple A, al igual que su esposa Francisca Aragón y su hija -embarazada- Nilda Mabel Boca.
Además de los vecinos, asistieron a la asamblea familiares de desaparecidos este distrito, de Villa Ballester y de Monte Chingolo. También fue destacable la presencia del abogado Pablo Llonto, representante de la familia Boca y de los familiares del asesinado ex diputado nacional Diego Muñiz Barreto, por cuyo secuestro y otros crímenes fue sentenciado a prisión perpetua Luis Patti.
El letrado está trabajando en la búsqueda de testigos que puedan aportar pruebas con respecto a los acontecimientos que en 2005 detalló el ex empleado municipal, ya fallecido, Guillermo Romero, quien había afirmado que “por las noches traían los cadáveres en camiones de basura y los tiraban con una topadora hasta lo más hondo de la quema; al día siguiente ya estaba todo tapado”.
Los directivos y docentes de la institución agradecieron la presencia y el apoyo de los presentes, entre quienes también había funcionarios legislativos, sirviendo un convite con panes dulces realizados por los alumnos.
Por Ariel J. Spadaro
