“Kito” Cantaluppi, un precandidato inesperado para la interna del PJ

“Quiero competir y me gustaría que me den la oportunidad de participar”, afirma el empresario.

lunes 05 febrero, 2024

Al menos por ahora, Sandro Guzmán no tiene quien le haga sombra y parece estar encaminado hacia otros cuatro años de mandato en la Intendencia. Pero en el siempre dinámico escenario político, se sabe, no es prudente dar nada por seguro antes de tiempo. Prendido a esa expectativa, el empresario Orlando Cantaluppi se animó a lanzarse como precandidato para medirse con el jefe comunal en las elecciones internas de agosto.
“Creo que soy capaz. Todo el mundo me conoce y sabe cómo soy. Siempre ayudé a los gobiernos de turno. Nunca tuve ninguna candidatura ni la pedí, pero hay mucho para mejorar en Escobar y estoy en el momento justo, con la madurez necesaria, para ser candidato”, afirma el empresario, de 66 años.
Dueño de Bulonera Escobar S.A. y hasta hace semanas integrante de la mesa directiva de la Unión Vecinal de Escobar (UVE), fundada por el referente macrista Miguel Jobe, el lanzamiento de Cantaluppi generó un poco de ruido y también de confusión en el mundillo político local.
“No sé por qué me asocian con Miguel. Para mí es un amigo, fue empleado mío y siempre le di una mano porque somos amigos, pero él tiene otro proyecto político y por eso nos tuvimos que separar. Hubo un divorcio, se acabó”, señala, casi a regañadientes.
– ¿Un divorcio en buenos términos?
– Yo jamás tengo problemas, pregúntenle a Miguel. Me gustaría que esa pregunta se la hagan a él, porque a mí me gusta hablar de los presentes, no de los ausentes. De atrás habla cualquiera, pero de frente manteca no.
– ¿Pero no son socios?
– Esa pregunta no te la puedo contestar. Sociedad nunca hubo, las medias son para los zapatos.
Cantaluppi no se siente cómodo teniendo que dar explicaciones. Pero se explaya en otros aspectos. Por ejemplo, su origen. Recuerda que nació en Vicente López, que vivió muchos años en Tigre y que vino a Escobar en 1973 “a trabajar de remisero, con una mano atrás y otra adelante. Todo lo que tengo hoy lo logré con trabajo, muy poca gente puede hablar mal de mí”. Está casado, tiene dos hijos que trabajan junto a él y tres nietas.
“Yo soy de ascendencia peronista, soy del año ‘45 y siempre estuve marcado por peronismo. Estoy con el peronismo tradicional, leal a Perón y Evita”, sostiene.
“Creo que puedo manejar la gestión, me tengo mucha fe. No estoy en contra de nadie, pero Escobar tiene que estar mejor. Quiero competir y me gustaría que me den la oportunidad de participar. Con ayuda de la gente puedo hacer cualquier cosa”.
– ¿Cómo ve la gestión de Guzmán?
– Para mí es el mismo gobierno de hace 16 años. El señor intendente se pasó del PJ al Paufe y con el dedo del Paufe subió al poder. ¿O no fue así?
– ¿Y de la oposición qué piensa?
– Y… no sé, para mí son todos comentarios, porque realmente una oposición seria no hay. En el Concejo Deliberante no hay más debate ni nada.
– ¿En qué encuentra coincidencias con el gobierno nacional?
– Me gusta la participación de los jóvenes, que es muy importante, y las cosas que hizo por las madres, las embarazadas y los niños. El gobierno tuvo muchos aciertos y también algunos desaciertos. Pero si ponemos todo en la balanza, son más los aciertos. Cualquier persona normal se puede equivocar, pero tiene derecho a enmendarlo. Lo que no me gusta son las dádivas que están dando con los planes Trabajar, que no sirven para nada. Hay que dar dignidad y trabajo.
– ¿Qué actitud tomaría si participa en la interna y pierde?
– Me quedo en mi casa, no tengo ninguna apetencia. O puedo volver, si la gente me lo pide. A mí no me interesa ganar o perder, lo que yo quiero es cambiar la gestión. Quiero abrir un porvenir para mis hijos, para mis nietos y para todos los escobarenses que confíen en mí.
La entrevista llega a su fin. “Kito”, como lo apodaron sus padres y se lo conoce en la ciudad, agradece al periodista su visita y convida el último mate. Será cuestión de tiempo para saber si su aventura política tiene recorrido o queda trunca en las primeras vueltas de la clasificación. Por ahora, su nombre ya está en pista.
Por Ciro D. Yacuzzi
"Me siento con la madurez necesaria", afirma Cantaluppi.

"Me siento con la madurez necesaria", afirma Cantaluppi.

Al menos por ahora, Sandro Guzmán no tiene quien le haga sombra y parece estar encaminado hacia otros cuatro años de mandato en la Intendencia. Pero en el siempre dinámico escenario político, se sabe, no es prudente dar nada por seguro antes de tiempo. Prendido a esa expectativa, el empresario Orlando Cantaluppi se animó a lanzarse como precandidato para medirse con el jefe comunal en las elecciones internas de agosto.

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“Creo que soy capaz. Todo el mundo me conoce y sabe cómo soy. Siempre ayudé a los gobiernos de turno. Nunca tuve ninguna candidatura ni la pedí, pero hay mucho para mejorar en Escobar y estoy en el momento justo, con la madurez necesaria, para ser candidato”, afirma el empresario, de 66 años.

Dueño de la S.A. Bulonera Escobar y hasta hace semanas integrante de la mesa directiva de la Unión Vecinal de Escobar (UVE), fundada por el referente macrista Miguel Jobe, el lanzamiento de Cantaluppi generó un poco de ruido y también de confusión en el mundillo político local.

“No sé por qué me asocian con Miguel. Para mí es un amigo, fue empleado mío y siempre le di una mano porque somos amigos, pero él tiene otro proyecto político y por eso nos tuvimos que separar. Hubo un divorcio, se acabó”, señala, casi a regañadientes.

– ¿Un divorcio en buenos términos, diría?

– Yo jamás tengo problemas, pregúntenle a Miguel. Me gustaría que esa pregunta se la hagan a él, porque a mí me gusta hablar de los presentes, no de los ausentes. De atrás habla cualquiera, pero de frente manteca no.

– ¿No son socios?

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– Esa pregunta no te la puedo contestar. Sociedad nunca hubo, las medias son para los zapatos…

Cantaluppi no se siente cómodo teniendo que dar explicaciones. Pero se explaya en otros aspectos. Por ejemplo, su origen. Recuerda que nació en Vicente López, que vivió muchos años en Tigre y que vino a Escobar en 1973 “a trabajar de remisero, con una mano atrás y otra adelante. Todo lo que tengo hoy lo logré con trabajo, muy poca gente puede hablar mal de mí”. Está casado, tiene dos hijos que trabajan junto a él y tres nietas.

“Yo soy de ascendencia peronista, soy del año ‘45 y siempre estuve marcado por peronismo. Estoy con el peronismo tradicional, leal a Perón y Evita”, sostiene.

“Creo que puedo manejar la gestión, me tengo mucha fe. No estoy en contra de nadie, pero Escobar tiene que estar mejor. Quiero competir y me gustaría que me den la oportunidad de participar. Con ayuda de la gente puedo hacer cualquier cosa”.

– ¿Cómo ve la gestión de Guzmán?

– Para mí es el mismo gobierno de hace 16 años. El señor intendente se pasó del PJ al Paufe y con el dedo del Paufe subió al poder. ¿O no fue así?

– ¿Y de la oposición qué piensa?

– Y… no sé, para mí son todos comentarios, porque realmente una oposición seria no hay. En el Concejo Deliberante no hay más debate ni nada.

¿En qué encuentra coincidencias con el gobierno nacional?

– Me gusta la participación de los jóvenes, que es muy importante, y las cosas que hizo por las madres, las embarazadas y los niños. El gobierno tuvo muchos aciertos y también algunos desaciertos. Pero si ponemos todo en la balanza, son más los aciertos. Cualquier persona normal se puede equivocar, pero tiene derecho a enmendarlo. Lo que no me gusta son las dádivas que están dando con los planes Trabajar, que no sirven para nada. Hay que dar dignidad y trabajo.

– ¿Qué actitud tomaría si participa en la interna y pierde?

– Me quedo en mi casa, no tengo ninguna apetencia. O puedo volver, si la gente me lo pide. A mí no me interesa ganar o perder, lo que yo quiero es cambiar la gestión. Quiero abrir un porvenir para mis hijos, para mis nietos y para todos los escobarenses que confíen en mí.

La entrevista llega a su fin. “Kito”, como lo apodaron sus padres y se lo conoce en la ciudad, agradece al periodista su visita y convida el último mate. Será cuestión de tiempo para saber si su aventura política tiene recorrido o queda trunca en las primeras vueltas de la clasificación. Por ahora, su nombre ya está en pista.

Por Ciro D. Yacuzzi