“El más grande criadero de mosquitos a cielo abierto”

SR. DIRECTOR: El gobierno municipal ha iniciado una heroica batalla con el objeto de contrarrestar la campaña que el gobierno nacional lleva a cabo en todo el país para prevenir el dengue. En efecto, en otra muestra de su proverbial intolerancia, el gobierno nacional gasta enormes sumas de dinero e ingentes recursos humanos y técnicos […]

lunes 05 febrero, 2024

SR. DIRECTOR:

El gobierno municipal ha iniciado una heroica batalla con el objeto de contrarrestar la campaña que el gobierno nacional lleva a cabo en todo el país para prevenir el dengue.
En efecto, en otra muestra de su proverbial intolerancia, el gobierno nacional gasta enormes sumas de dinero e ingentes recursos humanos y técnicos con el propósito de erradicar el dengue del país y para ello se propone exterminar a su vector, el mosquito Aedes Aegyptis.
Publicidad en los medios de difusión masiva, campañas de concientización, folletería impresa de distinta índole, etcétera, son utilizados por las autoridades nacionales para enseñarle a la población cómo combatir al indefenso Aedes.
Parecía estar todo perdido para el insecto perseguido por la prepotencia kirchnerista ensañada con él. Sin embargo, algo maravilloso ha sucedido.
Con una actitud que demuestra su inmensurable bondad, su amor por los animales y su compromiso con los más débiles, el municipio de Escobar ha construido un gigantesco criadero y refugio de mosquitos en la localidad de Maquinista Savio, donde se procrearán libres y a salvo de toda persecución los millones de larvas que devendrán en insectos portadores del mal o incluso mosquitos comunes sin otro fin en su vida que molestar a los vecinos.
En un predio que tiene aproximadamente 2.000 metros de largo por 30 de ancho, junto a las vías del ferrocarril, en el tramo que transcurre desde la ruta 26 hasta el arroyo Garín, la administración de Sandro Guzmán, junto a sus más altos colaboradores, ha demostrado una vez más que “Escobar es Gestión”.
Para ello, construyeron centenares de pozos de aproximadamente un metro de diámetro por unos 50 a 70 centímetros de profundidad.
En estos pozos, estructura fundamental del criadero de mosquitos más grande que jamás haya construido la mano del hombre en el distrito, hoy mismo las sufridas hembras de la perseguida especie de insectos están poniendo sus huevos de a miles cada una, para que con los primeros calores de la primavera nazcan millones de larvas que darán paso a igual cantidad de mosquitos, que alegres y eternamente agradecidos a la gestión municipal echarán a volar en pos de cumplir su función en la compleja estructura de la biota, es decir, picar a las personas, animales domésticos y demás seres vivos, produciendo no solo el incordio de ronchas y pruritos sino también la tan mentada transmisión de enfermedades de distinto tipo, entre ellas el dengue.
Nada de esto hubiera sido posible de no ser por el inacabable compromiso del Intendente y su nunca bien ponderada administración de pura gestión. No debemos olvidar en este reconocimiento a los funcionarios de las distintas áreas involucradas.
Gracias Sr. Intendente Sandro Guzmán; gracias Sr. Secretario de Obras Públicas, Rubén Cabrera; gracias Sr. Secretario de Salud, Dr. Matías Bertold. Gracias a todos por esta obra que enorgullece a los escobarenses.
Sepan nuestros probos funcionarios que nosotros, los habitantes de Maquinista Savio, no nos dejaremos llevar por las habladurías por lo bajo, que dicen que esta obra es una muestra del desprecio que ustedes nos tienen, ya que nos consideran una subespecie humanoide mutante, digna de soportar las peores calamidades, y que por ello este criadero de mosquitos, como el basural donde ustedes mandan tirar todas las ramas del distrito y basura que con ellas vengan en el barrio Amancay, son experimentos destinados a demostrar nuestra capacidad de resistencia y adaptación a las condiciones miserables de vida.
Sabemos que no es así. Que usted mismo, Sr. Intendente, ungido de emoción, recorrió junto al ministro De Vido importantes obras del distrito. No lo hemos visto cerca del criadero, pero estamos seguros de que se lo debe haber mostrado, o tal vez no. No olvidemos que esta obra es una forma de resistencia de su administración contra la intolerancia del gobierno nacional hacia el pobre mosquito.
Otra vez, gracias.
Jorge Derra (Maquinista Savio)

El gobierno municipal ha iniciado una heroica batalla con el objeto de contrarrestar la campaña que el gobierno nacional lleva a cabo en todo el país para prevenir el dengue.

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En efecto, en otra muestra de su proverbial intolerancia, el gobierno nacional gasta enormes sumas de dinero e ingentes recursos humanos y técnicos con el propósito de erradicar el dengue del país y para ello se propone exterminar a su vector, el mosquito Aedes Aegyptis.

Publicidad en los medios de difusión masiva, campañas de concientización, folletería impresa de distinta índole, etcétera, son utilizados por las autoridades nacionales para enseñarle a la población cómo combatir al indefenso Aedes.

Parecía estar todo perdido para el insecto perseguido por la prepotencia kirchnerista ensañada con él. Sin embargo, algo maravilloso ha sucedido.

Con una actitud que demuestra su inmensurable bondad, su amor por los animales y su compromiso con los más débiles, el municipio de Escobar ha construido un gigantesco criadero y refugio de mosquitos en la localidad de Maquinista Savio, donde se procrearán libres y a salvo de toda persecución los millones de larvas que devendrán en insectos portadores del mal o incluso mosquitos comunes sin otro fin en su vida que molestar a los vecinos.

En un predio que tiene aproximadamente 2.000 metros de largo por 30 de ancho, junto a las vías del ferrocarril, en el tramo que transcurre desde la ruta 26 hasta el arroyo Garín, la administración de Sandro Guzmán, junto a sus más altos colaboradores, ha demostrado una vez más que “Escobar es Gestión”.

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Para ello, construyeron centenares de pozos de aproximadamente un metro de diámetro por unos 50 a 70 centímetros de profundidad.

En estos pozos, estructura fundamental del criadero de mosquitos más grande que jamás haya construido la mano del hombre en el distrito, hoy mismo las sufridas hembras de la perseguida especie de insectos están poniendo sus huevos de a miles cada una, para que con los primeros calores de la primavera nazcan millones de larvas que darán paso a igual cantidad de mosquitos, que alegres y eternamente agradecidos a la gestión municipal echarán a volar en pos de cumplir su función en la compleja estructura de la biota, es decir, picar a las personas, animales domésticos y demás seres vivos, produciendo no solo el incordio de ronchas y pruritos sino también la tan mentada transmisión de enfermedades de distinto tipo, entre ellas el dengue.

Nada de esto hubiera sido posible de no ser por el inacabable compromiso del Intendente y su nunca bien ponderada administración de pura gestión. No debemos olvidar en este reconocimiento a los funcionarios de las distintas áreas involucradas.

Gracias Sr. Intendente Sandro Guzmán; gracias Sr. Secretario de Obras Públicas, Rubén Cabrera; gracias Sr. Secretario de Salud, Dr. Matías Bertold. Gracias a todos por esta obra que enorgullece a los escobarenses.

Sepan nuestros probos funcionarios que nosotros, los habitantes de Maquinista Savio, no nos dejaremos llevar por las habladurías por lo bajo, que dicen que esta obra es una muestra del desprecio que ustedes nos tienen, ya que nos consideran una subespecie humanoide mutante, digna de soportar las peores calamidades, y que por ello este criadero de mosquitos, como el basural donde ustedes mandan tirar todas las ramas del distrito y basura que con ellas vengan en el barrio Amancay, son experimentos destinados a demostrar nuestra capacidad de resistencia y adaptación a las condiciones miserables de vida.

Sabemos que no es así. Que usted mismo, Sr. Intendente, ungido de emoción, recorrió junto al ministro De Vido importantes obras del distrito. No lo hemos visto cerca del criadero, pero estamos seguros de que se lo debe haber mostrado, o tal vez no. No olvidemos que esta obra es una forma de resistencia de su administración contra la intolerancia del gobierno nacional hacia el pobre mosquito.

Otra vez, gracias.

Jorge Derra (Maquinista Savio)