Obviamente que hay temas infinitamente más importantes que un manojo de chapas alusivas a lo que sea. Sin embargo, se trata de la apostilla final de la celebración por el cincuentenario del distrito, que dos meses después todavía sigue dando que hablar, y que criticar.
El director de Ceremonial del Municipio, Santo Pissaco, sobrevivió desde el 8 de octubre a estos días al temporal que él mismo desató sobre sí, con aquella opaquísima actuación como organizador de los actos oficiales por los 50 años de Escobar. Pero sus placas lo siguen atormentando.
“Cacho Deportes”, la pyme fabricante de trofeos y medallas que tiene a nombre de su esposa, vendió una veintena de placas para el cincuentenario (a autoridades, organismos y entidades intermedias), de las cuales casi la mitad tuvieron que ser retiradas a las 48 horas de haber sido descubiertas por sus gruesos errores en el grabado de las leyendas (ajedrez con ese, aniversario sin la primera ere, “districto”, etcétera). Así, las bases de madera quedaron al desnudo hasta que las nuevas chapas, salvados sus yerros, vuelvan a posar sobre ellas.
Pero lo que se suponía una corrección menor, que no podría insumir más de una semana, ya va para dos meses. Aunque manden a colocarlas apenas terminen de leer estas líneas, ya está, casi dará igual. El moño final para un cincuentenario con muchas espinas y pocas flores.