Una pequeña de Escobar entre los grandes del cine argentino

portada Participó en varias escenas de “Mentiras Piadosas”, de Diego Sabanés, que acaba de estrenarse y en la que actúan Marilú Marini, Víctor Laplace y Walter Quiroz.

lunes 05 febrero, 2024

Abril Zottola, una pequeña gran actriz.

Abril Zottola, una pequeña gran actriz.

Sin proponérselo, como suelen ocurrir muchas veces las cosas, Abril Zottola recibió en 2006 el ofrecimiento de hacer un papel en la película “Mentiras piadosas”, del debutante director Diego Sabanés. El casting fue un trámite menor, que superó vastos dotes actorales y rasgos comparables a los de la actriz Paula Ransenberg, a quien debía representar en sus años de infancia.

La filmación se hizo con un presupuesto austero y tardó hasta 2008 en ver la luz. Fue en la provincia de San Luis, que aportó recursos oficiales para el rodaje, y en el festival internacional de Mar del Plata. Ahora acaba de ingresar en el circuito comercial -el martes 18 fue la avant premiere en el complejo Village de Recoleta- y ya se encuentra en las carteleras de las principales salas. En su lanzamiento, las opiniones de la crítica especializada y el público coincidieron en una abierta aprobación.

La historia de Abril

A los 6 años -ahora tiene 12-, Abril Zottola empezó a dar sus primeros pasos en el campo de la actuación sobre las tablas del Girona. Antes de “Mentiras Piadosas” había hecho algunas publicidades y tuvo una destacada participación en un cortometraje -“Ellas”- realizado por estudiantes de la Escuela de Cine de Eliseo Subiela, que en 2006 pudo verse en la pantalla del festival “Escobar de Película”. Ese film, casualmente, fue su pasaporte al de Sabanés, ya que una de las jóvenes que lo dirigió le sugirió que se presentara a la audición para interpretar a Paula Ransenberg de chica.

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“Los primeros días tenía como una cosita con los nervios, pero después me fui acostumbrando y lo pude disfrutar. Todos fueron muy buenos, nos explicaban bien lo que teníamos que hacer y nos hicieron sentir re cómodos. La pasé muy bien”, le contó la pequeña Zóttola a El Día de Escobar.

Sus intervenciones en la película se producen en un puñado de escenas, donde llora, ríe, habla y juega con sus dos “hermanos” (Marcio Mansilla y Tomás Faiella) a atrapar un conejo en el jardín. “Esa fue la que más me gustó, me encantó. La tuvimos que hacer un montón de veces, pero fue muy divertida”, comenta risueña.

Abril, en el papel de "Norita", con sus hermanos.

Abril, en el papel de "Norita", con sus hermanos.

Otros recuerdos que atesora de las grabaciones son sus apariciones junto a dos grandes actores argentinos como Marilú Marini -“fue la que más relación tuvo con nosotros (los chicos), es muy buena onda y también muy buena como actriz”, afirma Abril- y Víctor Laplace, aunque a quien más conocía era a Walter Quiroz.

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Pese a que su futuro actoral se podría potenciar a partir de “Mentiras piadosas”, Abril no se encandila a la hora de elegir sus prioridades. Muy lejos de eso, dejó las clases de teatro para abocarse de lleno a sus estudios secundarios, en el Instituto Belgrano.

“Las películas me gustan, pero más adelante preferiría volver a hacer un poco de teatro, porque tenés que improvisar más, ser más imaginativo, actuar más suelto y hacer algo como más propio”, analiza Abril, con una profundidad encantadora.

Sinopsis de “Mentiras piadosas”

Pablo (Walter Qurioz), el hijo preferido de Mamá (Marilú Marini), viaja a París para tocar junto a unos amigos en un cabaret de poca  monta. Las semanas pasan y nadie tiene noticias de él. La incertidumbre agrava el frágil estado de salud de su madre, por lo que sus hermanos, Jorge (Claudio Tolcachir) y Nora (Paula Ransenberg), deciden escribir cartas falsas y enviarle regalos, postergando el regreso. Para reforzar el simulacro, le piden a la novia de Pablo que continúe con sus visitas.

Como Mamá la nota triste, le propone adelantar los preparativos de la boda, para apurar el regreso de Pablo. La ficción se ramifica involucrando a otros personajes, mientras la casa va siendo poco a poco desmantelada para afrontar las deudas que generan los envíos de París. Poco a poco, el borde entre la ficción y la realidad se va desdibujando.