Encontrar lo que uno quiere ser en la vida no es una tarea fácil. Para Mariano Campi, con sus 34 años -actor, director, docente de teatro, nacido en Capital Federal pero residente en el partido de Escobar desde 2001-, tampoco lo fue.
“Cuando terminé la secundaria comencé Filosofía y trabajaba como cajero en un banco. Fueron once años, desde los 19 a los 30, llegué a ser tesorero de una sucursal, pero siempre tuve inquietudes artísticas, que las fui compartiendo con mi trabajo y mis estudios. En 2001 vendí mi departamento en Caballito y me vine a vivir a una quinta en Maschwitz con mi mujer”.
“Mi formación en el teatro fue ecléctica, pero Pompeyo Audivert fue uno de los más importantes referentes que tuve. Después de debatir si debía generar algo acá, en 2004 renuncié al banco y avancé con la idea de dar clases y formar un grupo en Escobar. Tuve que moverme bastante y terminé en la Dirección de Cultura, con Belén Hirose, donde presenté un proyecto para dar un taller en el teatro y ese fue el puntapié inicial”.
“En 2005 le propuse a un grupo de alumnos participar en los torneos bonaerenses. Les dije: no tenemos nada, el único recurso que poseemos es la imaginación, lo que llevamos adentro, nuestra capacidad, ese es nuestro único recurso. Y quedó el nombre: Teatro del Recurso”.
La versión completa de este artículo se encuentra publicada en la edición de mayo de la revista DIA 32.